Seis fechas sin perder y
cuatro triunfos consecutivos de local son los números que a Julio Zamora lo
tienen contento. Pero, este último, el del domingo, tiene un sabor especial
para el técnico de Melgar porque se ganó a uno de los equipos que más
complicaciones le ha dado a lo largo del año: Real Garcilaso.
“Ganamos al equipo más
complicado que nos ha tocado enfrentar de local”, reconoce el argentino.
“Fue un partido
complicado; pero fuimos merecedores del triunfo porque hicimos más méritos más
méritos que el rival para ganar. Tenemos un plantel corto que se juega todo en
cada partido y ahí están los resultados. Estamos contentos y vamos a
disfrutar”.
“Me siento feliz porque
ganó el equipo y porque la gente se fue feliz. Nos vamos felices”, recalcó.
Sobre el apoyo
incondicional que sintió de la hinchada que en medio del partido comenzó a
gritar su nombre, comentó: “A mí me da gusto estar en este equipo, como dije la
semana pasado te da gusto sentir el cariño tan grande de la gente. La verdad
que te dan ganas de que se caigan algunas lágrimas por el cariño que te
demuestran. No hay otra manera de retribuir ese cariño que ganando”.
Volviendo al duelo ante
Real, dijo que el ingreso de Aubert fue fundamental para encontrar esa claridad
que el rival trataba de empañar. “Es verdad que meter muchos delanteros no te
hará ofensivo. El equipo mejoró cuando entró Aubert, porque Salas estaba con
más compañía. La idea era preocuparlos a ellos y los tuvimos preocupados, no
sabían qué hacer”.
De su renovación de
contrato no habla más: “Lo mío sigue tranquilo. Luego que dije que hasta
diciembre me quedaba ya no preocupo más. Después, el resto, corre cuenta de los
demás (administración temporal)”.
Finalmente dijo que deja
“en manos de Dios” lo que pase en el futuro. “Estamos cerca del próximo partido
que será durísimo con Aurich que viene de ganar a Vallejo. Solo Dios sabe lo
único que va a pasar”.
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