Paúl Rodríguez ve cada vez más cerca
el retiro. Con 38 años de edad, el
volante de Sportivo Huracán, se ha prometido ganar su tercera Copa Perú con
Huracán y de darse ese sueño compartir su alegría con su “motor y motivo” de su
vida, su hijo Mathías. “Por él me quedé en Huracán”, confiesa a LÍBERO.
“Me llamaron de Ugarte y se lo
comenté”, cuenta. “Me pidió que no me vaya porque ya muchos años por estas
cosas del fútbol he estado alejado. Sus palabras fueron suficiente para que me
quedara en Arequipa”.
Con su hijo cerca, Paúl solo piensa en
conseguir otra Copa Perú. “Lo podemos hacer, pero para ello tenemos que ser
conscientes que desde esta etapa se juega con todo y debemos estar preparados”.
Habla con fundamento. “El año pasado
ya con Real estábamos eliminados y apareció un reclamo contra Minsa por un
jugador que había actuado estando inhabilitado por amarillas. Las planillas no
aparecieron; pero procedió el reclamo. Así seguimos en competencia y se
campeonó”.
Luego sentencia: “Todos saben que
Ugarte es un equipo poderoso dentro y fuera de la cancha”.
Pero en Huracán no le dan mucha
importancia a esos detalles. “El equipo está muy bien. Es un equipo con ganas
de ganar la Copa Perú y lo bueno es que tiene gente identificada con el equipo
y Arequipa. Además estos jugadores están acostumbrados a jugar la Copa donde
pesa más la garra que el bueno fútbol”.
Dijo que un resultado ideal para el
sábado sería ganar 2-0. “Con un 2-0 vamos tranquilos a Puno; pero lo principal
es mantener nuestro arco en cero. Si lo hacemos tendremos grandes posibilidades
de avanzar”.
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