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A falta de siete fechas para que termine el Apertura, Melgar se sigue aferrando a la posibilidad de dar caza a los punteros y meterse en la lucha directa por el título. El 2-0 de esta tarde ante UTC le pinta un panorama optimista en términos matemáticos, pero ratifica que el equipo de Juan Reynoso depende de sus individualidades para resolver los problemas que como equipo tiene.
Apareció otra vez Emanuel Herrera para pintar de rojinegro la tarde. Dos goles, ambos de excelente factura, fueron suficientes para tumbar a un rival que vino a Arequipa a repetir el libreto típico de los equipos que apuestan por meterse atrás para sumar aunque sea un punto y Melgar aún no ha aprendido a deshilvanar esas telarañas defensivas que siempre le plantean.
Melgar no estuvo atildado, estuvo opaco como en sus últimas presentaciones. Más allá de la jerarquía que demuestra, del juego que ya tiene como etiqueta, de esa rotación del balón o de la salida por las bandas, no hay explosión. La tribuna ya asimiló ese espectáculo que solo gana emoción cuando aparecen individualidades, esos chispazos que abren partidos. Y ayer Herrera puso la diferencia.
16 goles con Melgar en 25 partidos tomando en cuenta la Libertadores. El argentino que salió resistido del Emelec de Ecuador, sumó su tanto 100 como profesional.
A estas alturas, el dominó no depende de el mismo. Hay que ver como reaccionan otros equipos que van arriba como Huancayo, Garcilaso y Unión Comerciantes. El camino no permite trastabillar.
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