Andrea, Valentina y Mario, hace tres años. Ambos van a los Panamericanos, Valentina se quedará en Arequipa. (Foto Deporteaqp) |
Llegó en
el 2007, con 19 años de edad, a Arequipa y no se movió más. La panameña Andrea
Ferris, ahora bordea los 32, y se siente una arequipeña más.
Ahora se apresta a participar en sus segundos panamericanos, Lima 2019, donde espera conseguir una de las dos medallas que le falta en su vitrina. "Solo me falta conseguir medallas en los panamericanos y en los juegos olímpicos", confiesa.
En Toronto -recuerda- participó en los 1500 m planos y en los 3000 m/obstáculos, ahora solo va en los obstáculos. Sus expectativas son grandes aunque sabe que competirá con atletas con mejores tiempos.
"Los panamericanos es una competencia de medalla, me convendría que salgan a correr lento, que sea de resistencia". Ha estudiado a sus rivales. Hay un grupo de élite que corre en una media de 9m 30s. Ella tiene 10m 03s como mejor tiempo (Bolivarianos 2013), ahora bordea los 10m 05s. "Los obstáculos es una prueba muy dura, muy técnica, de mucha estrategia", recalca.
Olímpica en Londres 2012 donde compitió junto a su esposo, el limeño Mario Bazán Argandoña, con quien tiene una hija arequipeña, Valentina, de 4 años de edad.
"Tengo nacionalidad peruana también, pero uso la panameña. Es más, cuando viajo a mi país, que son 3 o 4 veces por año, entro y salgo con pasaporte".
Su federación desde que llegó a Arequipa costea su preparación en Arequipa. "Ellos me dan un dinero. Ahora como soy mayor, casada y tengo un hijo, no me controlan en qué gasto. Lo único que me piden resultados y hasta el momento los tengo".
Antes vivía en el Centro de Alto Rendimiento de Arequipa, ahora no. "Cuando llegué fue por un convenio entre Perú y Panamá. Los resultados deportivos fueron buenos y decidí quedarme".
Ser madre no le ha impedido seguir en el alto nivel, pero sí le obliga a ser más estricta con sus tiempos. "A mi federación le he pedido permiso para no asistir a la ceremonia de inauguración de los Panamericanos. Yo iré a Lima recién el 7 de agosto, compito el 10 y el 11 estoy de retorno porque no me gusta alejarme mucho tiempo de mi hija".
Con más de 10 años en el Perú, tiene un concepto claro de cómo se maneja el deporte en este país: "Desde que llegué se ha ido avanzando. Ahora les dan todo. Antes con poco apoyo los chicos daban resultados, ahora que les dan de todo, escasean los resultados. Es algo contradictorio. Aunque creo que todos se merecen apoyo, creo que hay deportistas necesitan más por su propio nivel competitivo".
Ahora se apresta a participar en sus segundos panamericanos, Lima 2019, donde espera conseguir una de las dos medallas que le falta en su vitrina. "Solo me falta conseguir medallas en los panamericanos y en los juegos olímpicos", confiesa.
En Toronto -recuerda- participó en los 1500 m planos y en los 3000 m/obstáculos, ahora solo va en los obstáculos. Sus expectativas son grandes aunque sabe que competirá con atletas con mejores tiempos.
"Los panamericanos es una competencia de medalla, me convendría que salgan a correr lento, que sea de resistencia". Ha estudiado a sus rivales. Hay un grupo de élite que corre en una media de 9m 30s. Ella tiene 10m 03s como mejor tiempo (Bolivarianos 2013), ahora bordea los 10m 05s. "Los obstáculos es una prueba muy dura, muy técnica, de mucha estrategia", recalca.
Olímpica en Londres 2012 donde compitió junto a su esposo, el limeño Mario Bazán Argandoña, con quien tiene una hija arequipeña, Valentina, de 4 años de edad.
"Tengo nacionalidad peruana también, pero uso la panameña. Es más, cuando viajo a mi país, que son 3 o 4 veces por año, entro y salgo con pasaporte".
Su federación desde que llegó a Arequipa costea su preparación en Arequipa. "Ellos me dan un dinero. Ahora como soy mayor, casada y tengo un hijo, no me controlan en qué gasto. Lo único que me piden resultados y hasta el momento los tengo".
Antes vivía en el Centro de Alto Rendimiento de Arequipa, ahora no. "Cuando llegué fue por un convenio entre Perú y Panamá. Los resultados deportivos fueron buenos y decidí quedarme".
Ser madre no le ha impedido seguir en el alto nivel, pero sí le obliga a ser más estricta con sus tiempos. "A mi federación le he pedido permiso para no asistir a la ceremonia de inauguración de los Panamericanos. Yo iré a Lima recién el 7 de agosto, compito el 10 y el 11 estoy de retorno porque no me gusta alejarme mucho tiempo de mi hija".
Con más de 10 años en el Perú, tiene un concepto claro de cómo se maneja el deporte en este país: "Desde que llegué se ha ido avanzando. Ahora les dan todo. Antes con poco apoyo los chicos daban resultados, ahora que les dan de todo, escasean los resultados. Es algo contradictorio. Aunque creo que todos se merecen apoyo, creo que hay deportistas necesitan más por su propio nivel competitivo".
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