La Candelaria volvió a quedar en manos de un foráneo


Jhon Atachagua Valverde es el segundo atleta de Cerro de Pasco que consigue ganar la Maratón Internacional Virgen de la Candelaria de Cayma. Ayer, domingo, el cerreño emuló a Roberto Serrano Espinoza que en 1988 ganaba los 42k 195m de la tercera edición.

Han pasado 35 años y 33 ediciones para nuevamente un cerreño logre imponerse en una competencia que regularmente ganan puneños.

 Aunque en la Candelaria no existe récords, el tiempo estampado por Atachagua está entre los cuatro mejores históricos. Su 2h 22m 01s solo es superado por el de Nelson Ito (Puno) en el 2017 con 2h 20m 17s, el de Max Belizario (Puno, 2018) con 2h 22m 00s y el de Raúl Camarena (Huancayo, 2000) con 2h 18m 48s.

La competencia, que en 8 ocasiones se desarrolló en la distancia de 21k, la ganaron en 13 oportunidades deportistas puneños, 8 de Huancayo, 3 de Bolivia, 2 de Colombia, 4 de Junín, 2 de Cerro de Pasco y en una sola oportunidad se impuso un arequipeño: Jesús Virrueta (1996, 21k). En 1990 llegó primero Daniel Martínez Mazuelos (21k), pero no se ha podido determinar su procedencia.

Queda claro que esta prueba no está hecha para fondistas arequipeños.

La XXXVI edición que se corrió el domingo ha recordado viejas críticas. Los caymeños se han quejado del circuito que parte del puente Chilina debido a que los excluye del recorrido, los 10k, 21k o los 42k pasan hasta por ocho distritos ignorando Cayma.

Otros apuntan a que las distancias de los 42k y 21k no eran exactas; es decir, se corrieron varios metros menos.

Una polémica que se asentó desde su creación es que mientras no exista una ruta fija, al menos para los 42k, está prueba no estará a la altura ni será de la importancia de otras oficiales y homologadas porque sus tiempos y marcas no tienen validez.

La maratón de la Candelaria que se inició en Puno y que se trasladó en Arequipa en 1988 tiene otra falencia que es la que más llama la atención y es su recurrente poca convocatoria.

Aunque 2 mil o 3 mil inscritos parecen una cantidad considerable, recordemos que la desaparecida carrera pedestre 15k de Gloria allá por los 90’ y 2000 congregaba un promedio de 15 mil deportistas cada año.

 La Candelaria es tradicional y popular por sus tintes religiosos, pero le queda aún mucho por trabajar para que además  sea atractiva para elite del fondismo nacional e internacional.

 

 

 

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