Melgar no da la cara, ni la talla




Melgar volvió a jugar en su casa luego de 46 días y lo recibieron no más de 4 mil personas. Desde ahí uno suponía que la tarde de reencuentro con su hinchada no iba ser la esperada.
Y aunque Iberico rompió una racha de 135 días sin anotar en partidos oficiales, la última vez que lo hizo fue el 6 de noviembre de 2022 ante Cristal en Lima (recordemos que el 1-0 ante Alianza en la ida de la final fue producto de un autogol), el empate a uno con Cusco FC despejó las pocas dudas que quedaban sobre la causa de este pésimo inicio de año.
Melgar ha disputado 7 partidos, contabilizando el WO porque se considera en la tabla del Acumulado, perdió 4 y empató 3. Son 21 puntos de los cuales se sumaron solo 3. Los líderes del Apertura, Cristal y la U, le lleva 13 puntos de ventaja; demasiado si tomamos en cuenta que los rojinegros ya disputaron el 19% del total de partidos del torneo (36).
Algunos dicen que aún es pronto para preocuparse, pero la experiencia de las temporadas de 1979 o 2011 dicta que pensar en que el equipo reaccionará fue un error que se pagó rezando en las últimas fechas por no descender.
En 7 partidos Melgar ha tenido tres técnicos: Lavallén disputó 4 (4 derrotas), Valencia afrontó 1 (1 empate) y Soso dos, ambos empates.
Lo que se vio hoy en el Monumental Arequipa sirvió para ver la cruda realidad. Los que esperaban ver otra actitud u otro juego, se equivocaron. Salvo los primeros minutos donde Melgar salió intenso, fue más de lo mismo y eso ya no es problema de planteamiento.
El once que saltó a la cancha fue casi el mismo que enfrentó a Municipal en el debut el 13 de febrero, salvo el ingreso de Orzán por Tandazo. Aquella tarde el equipo perdió 0-2.
Muchos extrañan esas tardes/noche del año pasado cuando salían renegando del estadio por la cantidad alarmante de goles que se perdían los delanteros, hoy Melgar no genera más de 3 claras cuando su media promedio era de 8.
Si a eso sumamos que las pocas que las metes no te las convalidan, como la escandalosa de Bordacahar de esta tarde, entonces el panorama sí es para preocuparse.
El bajo rendimiento individual se ve reflejado en lo colectivo. Salvo los porteros, hablamos de Cáceda y Farro, la mayoría atraviesa por un bajón lógico tras llegar a su meseta el año pasado cuando ganaron el Apertura y alcanzaron la semifinal de la Sudamericana.
Salvo Perez Guedes que se fue a la U, el resto de los titulares se quedaron y muchos de ellos llevan varias temporadas jugando en Melgar. El fútbol es de ciclos y todo indica que el ciclo de este grupo está jugando sus descuentos.
Melgar no es un mal equipo, pero las cosas no se le dan. Todos apuntan a Lavallén como el causante de la debacle de un grupo que paseaba jerarquía de la mano de Lorenzo; pero el análisis es más profundo y apunta a que el problema es de jugadores.
Es claro que Lavallén no encajó en el grupo porque no supo consolidar su mensaje; ese puede ser un factor importante mas no el único.
Con Soso se esperaba que el equipo reaccione, cambie de imagen; pero no lo ha hecho. Eso demuestra que el problema no es en la cabeza sino en el propio cuerpo el que está fallando y necesita un nuevo aire que lo puede dar gente que está en banca, que quizá no tenga el nombre de los titulares, pero a falta de experiencia puedan dar juventud, rebeldía y hasta de anarquía dentro del césped cuando se pierdan las ideas tácticas.
Son 7 fechas de 36 que se disputarán. Muchos dicen aún es muy pronto para preocuparse y otros ya se muerden las uñas, en este mundo del fútbol los extremos son comunes, pero lo cierto que esta situación del vigente subcampeón peruano incomoda y eso se vio reflejado hoy en la tribuna. Muy poca gente para ver a un Melgar que a falta de argumentos para imponerse con armas futbolísticas necesita del apoyo de la tribuna. Eso no es romanticismo, sino una realidad. Quién más que el aliento del hincha para despertarlos y recordarles que hace unos meses lograron emocionar a un país.
Ahora se viene la Libertadores, el primer rival es el multicampeón paraguayo Olimpia, un viejo conocido. Quizá Melgar gane porque puede hacerlo, pero el problema ahora no es la copa, el problema concreto está en la Liga1.

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