Melgar está en elecciones. Consideradas como normales entre la anormalidad de los últimos años de crisis rojinegra. Se presentan dos listas en relativa transparente lucha por el poder. La Nro. 1 liderada por Anibal Calle, actual presidente que llegó a ese cargo accidentalmente luego de que Luis Fernando Paredes Rosales renunciara a la presidencia.
La venta ilegal de entradas, desviación de dinero que ingresa por taquillas, venta irregular de implementos deportivos del club, etc., son denuncias repetidas contra su gestión. El ha negado esas acusaciones aunque no con la contundencia esperada.
Guido Cuadros, socio tradicional de Melgar, como cabeza de la lista Nro.2. “Por el Cambio Rojinegro” es el lema de esta agrupación que apostó por hacer denuncias contra su rival como principal arma para ganar unas elecciones que adolecen de propuestas reales.
El Comité Electoral también ha sido vapuleado por llevar adelante unas elecciones que tienen signos de irregularidades, especialmente en la elaboración del padrón de socios votantes. Y para no perder la costumbre el gran protagonista de estos comicios, aunque no está presente visiblemente en ninguna lista, es Alejandro Corrales Zea. Se dice que trató de impugnar las elecciones y que está apoyando a uno de los dos candidatos. Su sombra, la sensación de su presencia, son usadas estratégicamente como cortina de humo y a algunos les funciona.
La decisión está en los cerca de 300 socios que irán a las urnas. Al final, el ganador pasa a un segundo plano, el problema es si los socios se vuelven a equivocar y encaminan a su club a la mediocridad de siempre.
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