Total Clean, el campeón

Sólo un año Total Clean pudo aguantar estar fuera del fútbol profesional. Este equipo, histórico ya por lo hecho en cuatro años de vida institucional, se las ha ingeniado para que volver a la élite del balompié peruano por el segundo camino que te da esa posibilidad, la Segunda División Promocional. Antes, en el 2006, lo logró por la tradicional Copa Perú sorprendiendo al arequipeño común que encasillado en nombres como Melgar, Huracán, Aurora, Piérola o White Star, hasta el mismo Idunsa (nueva versión del Atlético Universidad), tuvo que ceder preferencias a un club que nació de la noche a la mañana en el distrito de Sachaca por capricho empresarial de Félix Enciso Rivera, un limeño radicado y en deuda con Arequipa por su éxito en los negocios.Cuatro años, que dicho sea de paso recién cumplirá el próximo 21 de diciembre, y ha tenido una vida vertiginosa.
Apareció como el club de un “magnate”, de esos mecenas de antaño que nadie entendía porque solos solventaban un plantel de jugadores y ha pasado a ser propiedad de un empresario quebrado empresarialmente que del anonimato del 2004 se convirtió en dirigente de la Federación Peruana de Fútbol en un nombramiento que fue empañado por denuncias de una supuesta falsificación de documentos (constancia de antigüedad como dirigente de fútbol) para que sea elegible como directivo. Se pensó que esas acusaciones que retumbaron a nivel nacional quebraría su ánimo y abandonaría el fútbol a finales del año pasado cuando ya estaba descendido. Pero no fue así.
Si Total en el 2006 fue formado con espíritu empresarial, objetivos claros y fue denominado el “dream team” por su soporte económico, este 2008 para volver a la profesional se apostó por la misma política pero en otro terreno para maniobrar y en otra realidad.
LA CAMPAÑA
Con la frustración traumática del 2007 donde Total vagabundeó en el fútbol profesional ante la indiferencia de una afición arequipeña que pide más de lo que puede dar en cuestión de apoyo, sino recordemos un caso reciente del desaparecido Atlético Universidad que descendió (2005) con 38 personas pagantes en tribuna.Ese año Enciso pagó su nula experiencia dirigencial. Prácticamente lo desplumó el técnico Roberto Arrelucea con contratos de jugadores inimaginables para un club chico. Es más, él reconoció que fue “estafado y engañado”.
Pese a ello se encaprichó empujado por su cargo como director de la FPF a volver a apostar por la profesional pero con otra idea, a la que está acostumbrado: recuperar lo invertido.Formó un buen plantel renovó contrató a Helard Delgado como técnico (luego fue separado para que llegue Freddy García) y se encaminó a algo nuevo pero manejable: Segunda División Promocional. Y rápido dio muestras de ese manejo, junto a Municipal comenzaron a jugar pese a que estaban prohibidos por la Agremiación de Futbolistas Profesional por la deuda que tenían con ex jugadores y que sumaban en caso de los arequipeños más de 40 mil dólares. Capeó ese problema y siguió apostando por algo que no tenía pierde.Si en el 2006 no llevó al equipo a jugar a Puno por cuestión de taquilla fue porque los otros clubes profesionales se lo impidieron.
“Uno sólo afronta todo. La gente no apoya”, dijo a mitad de temporada cuando ya se sabía que terminaría en rojo.Este año trató de hacer lo mismo pero tampoco pudo. Las taquillas no respondieron como era lógico pese a lo bien que andaba el equipo. La propuesta de la U. de Lima de comprar la categoría, cuando se sabía que iban ascender, por 500 mil dólares y la posibilidad de vender jugadores al extranjero como a Joel Sánchez (300 mil dólares) lo hicieron meditar porque se dio cuenta que estaba dirigiendo un buen capital pasivo.
LOS HÉROES
Estos últimos meses en Total han ido de mal en peor. Enciso ya quebrado por problemas personales que lo han llevado a perder sus empresas y a tener en stand bye el movimiento de su capital bancario, golpeó fuertemente al plantel de jugadores y al comando técnico.Mientras Inti Gas Deportes daba premios e incentivaba a todos para conseguir el ascenso, los jugadores limpiadores hacían una huelga porque ya les debían dos meses de sueldo. Es más, la última semana previa al partido con Inti Gas, que dio el pase a la profesional, el técnico García y sus muchachos hacían colectas para comprar agua para rehidratarse, mientras su presidente apagaba su celular y literalmente se “hacía el loco”.
Pero el ascenso no es el gran logro de este equipo, al menos como grupo querían algo más y lo cumplieron. Ayer por primera vez en la historia del fútbol arequipeño un equipo de su terruño logra un campeonato en su casa, como debe ser.

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