Diana Gonzáles llegó como campeona

Junto a sus padres Miguel y Nelly.
Su padre Miguel Gonzáles, ex arquero de Piérola.

Diana firmó autógrafos a montones.

Sus primeros entrenadores: Fanny Jarufe y Edwin Calisaya.








Emotivo abrazo con su padre Miguel.

La realidad dicen que puede ser más sorprendente que la ficción. Los padres de Diana Gonzáles, armadora de la selección peruana que quedó quinta en el Mundial de Vóley de Menores, lo reconocen. “Hace dos años no pensábamos vivir esto”, reconoce su padre Miguel luego abrazarse con su hija a la que hace más de tres meses no sentía en sus brazos. “Esto para nosotros es un sueño. Estamos orgullosos de ella, de sus logros, en fin, de toda la alegría que nos da”, continúa.
El recibimiento en el terminal de la empresa Flores Hermanos tuvo un sabor especial. Llegó a su tierra, esa a la que hace dos años dejó para hacer realidad un sueño, sintiéndose campeona, con la vanidad de saber que cumplió con su gente y principalmente con ella misma. “Felicidad es lo único que siento”, dice al mar de micrófonos y grabadoras que se le ponen al frente. “El cariño que me demuestran me llena de orgullo. Todos mis logros son para mi familia”.
Con 17 años, cumplidos el pasado 12 de enero, esta arequipeña parece tener su futuro decidido. “Voy a seguir jugando como es lógico y también estudiando”. Excelencia de su promoción de quinto año de secundaria del colegio De Jesús de Lima comenzará a estudiar Negocios Internacionales en la U. San Martín de Porras de Lima pero su gran deseo es ser médico. “Ella cumple lo que se propone, eso nos da la seguridad de que será doctora”, dice su madre Nelly quien la trajo a Lima.
Sus entrenadores Fanny Jarufe y Edwin Calisaya, también estuvieron presentes en el recibimiento. Son parte también de este logro. Fanny la tuvo desde sus inicios, a los ocho años, para luego agarrar la posta Edwin. El trabajo que realizaron da resultados. “Ella viajó a Lima en el 2007 a un nacional infantil reforzando a la selección de Mariano Melgar”, cuentan. “Jugaba de atacante pero ya en la selección el entrenador (Hermán Artieta) la probó de armadora y se acomodó al puesto”.
Aunque pasó por los clubes Alianza Lima y Cristal en la capital, se hizo en el Fundación J&J. Es por eso que ayer varias de sus excompañeros la recibieron. “Yo soy del J&J siempre y le estoy muy agradecida por la posibilidad que me dio de jugar”.
Aunque ha pedido tranquilidad para poder recuperar el tiempo alejado de su familia se le vienen días cargados. La Municipalidad Provincial de Arequipa y la Distrital de Socabaya, distrito donde ella vivió sus primeros años, le preparan homenajes. A más tardar el miércoles tendrá que viajar a Lima donde el Congreso de La República le entregará un reconocimiento económico (200 mil soles) que será repartido entre las integrantes de la selección. Su futuro próximo está en la capital donde ahora integrará la selección juvenil. Y su corazón, cómo va. “No tengo enamorado”, afirma. Su padre valida sus palabras. “Sería el primero en enterarme”. Ayer almorzó pastel de papa con rocoto relleno, mañana tiene pensado comer un adobo. Bien se lo merece.

Comentarios