“A mí me hubiera gustado clasificar en cancha y no por un reclamo”, reconoce un hidalgo Ernesto Neyra, entrenador de Unión Minas de Orcopampa. “Ellos fueron superiores a nosotros en la cancha, pero hay que sentar un precedente para terminar con toda esta corrupción que envuelve la Copa Perú”, siguió.
Reconoció que “queda una pizca de esperanza” para seguir en carrera. “El culpable de esta situación en todo caso es el delegado de Diablos Rojos (José Luis Cáceres) porque no informó sobre las expulsiones”.
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