Leonardo Rivero siente vergüenza. “La gente me pregunta cuándo voy a jugar y no sé qué decirles”, confiesa el atacante uruguayo a quien nuevamente le volvió a recrudecer una lesión (fractura quintometatarciano) que lo tiene inactivo desde la primera semana de abril, aunque volvió a jugar – recuerda – dos partidos (Cienciano y Alianza Lima), tras los cuales se volvió a sentir.
“Me siento mal porque pensé que esto iba a terminar ya. Pero me volví a sentir el martes y bueno no sé lo que tengo”, cuenta.
Cuando se fracturó se optó por colocarle un tornillo para unir el hueso y así acelerar su recuperación. No fue así.
“El médico (Luis Rivera) me ha dicho que hay dos opciones. La primera es operarme de nuevo para poner un injerto del hueso de mi codo, opción que deseché, y la otro es sacarme sangre e infiltrarme durante un mes para que vaya regenerando el hueso, que es lo que estamos haciendo”, explica.
El diagnóstico del médico rojinegro tras revisar las placas radiográficas es que el tornillo aún no ha unido del todo el hueso. También ha recibido la opinión de un tercero. “Me ha dicho que es una inflamación del tendón que bajará en una semana”, cuenta.
Aún no se ha reunido con la directiva para definir su situación. “Me quiero quedar en Melgar; pero cómo hacerlo si tampoco estoy jugando. Aún no sé qué será de mi futuro, tampoco sé si la lesión es de una semana, un mes o cuatro meses”.
“Si me dicen que resuelva mi contrato para ir a mi país a hacerme tratar lo haría para luego volver bien a Melgar y retribuir todo el apoyo que me han dado”, dice.
El técnico Carlos Daniel Jurado no ha opinado del tema y la directiva está analizando la evaluación que ha hecho el médico para tomar una decisión final.
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