En cinco años con la camiseta rojinegra (2005-2009), Rivelino Carassa supo identificarse con Melgar y Arequipa. Ahora está triste, sufre porque ve como la casaquilla que defendió a muerte la pasa mal.
“Ver a Melgar de lejos duele sobremanera”, confiesa. “No creo que descienda porque ha llegado un técnico capaz. Sé que hay solución”, confía.
“Esto depende solo del esfuerzo de los jugadores. Unidos podrán sacar a Melgar esta mala situación”.
La semana pasada se graduó como técnico de fútbol en la Escuela de Entrenadores de la U. San Agustín. “Ahora estoy trabajando como formador en las divisiones menores de Boys; y algún día espero retribuir a Melgar todo lo que medio. Si me piden que apoye yo lo haré sin problemas”.
Luego, con la autoridad que le da el haber sido ex capitán, comenta: “Esta claro que los dirigentes quisieron hacer lo mejor; pensaron que el técnico podría hacerlo todo y no fue así. Sacaron gente que no tenían que sacar como el sapo (Javier Pereyra) que era referente del equipo y solucionaba los problemas de la defensa”.
“Hubo malos manejos en las contrataciones. Han traído jugadores que no se adaptaron a la altura ni a la camiseta. Tuvieron un asesor que no ayudó con las contrataciones”, sigue.
Ya para despedirse, Rive mandó un saludo a los amigos que dejó en Arequipa y especialmente en Melgar. “Soy agradecido con Arequipa. Les deseo lo mejor. Desde acá haré fuerza para que les salga bien las cosas”.
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