Las reglas están hechas para cumplirlas y los que no lo hacen son castigados. Así lo piensa Wilmar Valencia, técnico de Melgar, que ayer separó del equipo profesional "indifinidamente" al volante y figura del equipo, Edson Aubert; y al volante Thomás Zambrano. El pecado fue haber jugado fulbito en un torneo de barrio en Cerro Colorado.
La dirigencia se tardó dos semanas para corroborar la información. Ambos futbolistas cometieron la falta antes del partido con la Vallejo (29 de agosto). La dirigencia los sancionó económicamente como establece el Reglamento Interno; pero el profesor Valencia decidió ser más radical. "No hay indispensables", dijo. "Ellos cometieron una falta y han sido sancionados indefectiblemente".
Aubert, quien ha sido uno de los jugadores más importantes en el repunte de la dominó, entrena junto con Zambrano en la reserva. No jugarán ante Universitario.
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