Los problemas en el ajedrez persisten tras un amague de "fusión" entre las dos ligas que han divivido el "deporte ciencia" en Arequipa.
El primer paso, tras meses de discusión, la dio Cleber Layme Cárdenas el presidente de la Liga reconocida por el IPD, Liga Deportiva Distrital de Ajedrez de Arequipa. Aceptó la fusión con la Liga que reconoce la Federación Peruana de Ajedrez, Liga Distrital de Ajedrez – Cercado de Arequipa, que dirige ilegalmente el maestro FIDE Miguel Angel Nina y que el 21 de julio cambió de denominación a Asociación Deportiva/Liga Distrital de Ajedrez de Arequipa.
Todo estaba dado para llegar a una solución. Es más se llegó a un acuerdo para la repartición de los cargos en la nueva directiva: la presidencia recaería en Nina; mientras que los demás cupos (vicepresidencia, secretaria y tesorería) en la liga que Layme.
Pero todo se truncó cuando en la primera reunión de conciliación que se realizó en el IPD-Arequipa. Layme y sus dirigentes se dieron con la sorpresa de que Nina, pese a cumplir funciones, no era el presidente de la Liga del Cercado. Se presentó el ex presidente Guillermo Flores Flores que legalmente sigue siendo el titular porque aún la Sunarp no ha aceptado el cambio de directiva.
Ante esta irregularidad Layme "pateo el tablero" y se retiró de la reunión.
El presidente de la Federación de Ajedrez, Milton Iturry, ha enviado un correo público a Layme donde le pide que no sea “intransigente”, que no ponga “pretextos” para no conciliar y que es “normal” que Registros Públicos tarden en reconocer a Nina como presidente porque – da a entender – son procedimientos jurídicos. “No es algo grave”, resalta.
Para Layme, la situación no se ve con tanta simpleza y hasta pide frontalidad y sinceridad. “Nosotros nos manejamos en la legalidad”, arguye y los documentos le dan la razón.
Mientras esto pasa, tal como sucede a nivel nacional donde existen dos Federaciones, una reconocida por el IPD y otra por la FIDE (Federación Internacional de Ajedrez); en Arequipa tendremos por buen tiempo dos ligas, cada una adjuntándose triunfos individuales y colectivos, enviando a sus deportistas por separado a campeonatos, reflejando el lado más frío del ajedrez: la lucha sin cuartel.
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