Ni el más acérrimo hincha puede entender lo que siente un
delantero cuando falla un gol. Es, explican, no encontrar el sentido a su
“vida”, a su “razón de ser” en el campo de juego.
Melgar vive una sequía de goles que es una de las causas
de esta seguidilla de cuatro partidos sin ganar con una producción goleadora
muy pobre: 2 goles en cuatro partidos (uno de ellos fue autogol).
“Como es normal cuando el equipo no hace goles, lo lógico
es responsabilizar a los delanteros; pero ponemos el pecho a las balas a la
espera que se habrá el arco”, reconoce un centrado Antonio Meza Cuadra, capitán y
goleador del equipo.
Bernardo Cuesta, quien el año pasado sorprendió con tres
dobletes, resume está situación: “Cuando no se convierte, las cosas se ponen
pesadas para uno mismo. Cuando entre una (pelota), entrarán todas”.
“Algunas cosas por ahí no salen como uno pretende. No
podemos convertir y eso es lo que nos está faltando”.
El uruguayo Silvio Frontán lanzó una frase interesante:
“No estamos tranquilos, estamos nerviosos, ansiosos y preocupados por esta
situación”.
“Ante Melgar, los arqueros rivales son figuras, pero eso no es un
consuelo para nosotros”, afirma con sinceridad.
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