Así no quiere ser líder

Acá cambió el partido. Zúñiga fue expulsado.
Melgar es líder pero está en deuda consigo mismo. Y es una deuda que arrastra de años, que parece va impregnada en la etiqueta de su camiseta. Un 1-1 con Los Caimanes lo colocan en la cima del grupo "B" del Torneo del Inca igualado con dos equipos más, San Martín y UTC, pero con mejor diferencia de goles. Ese plus lo coloca arriba pero la tabla engaña.
Mejor dicho, esta no es la tabla que se quería ver esta noche de sábado. Melgar quería ser líder solitario y tenía la mesa servida como la tuvo ante un desconsolado Universitario hace dos semanas atrás. El panorama fue el mismo, dos rivales que en Arequipa no podrían sacar si quiera un punto se fueron con una victoria y un empate.

En ambos casos refleja que Reynoso y sus muchachos flaquean y podrán explicar varios motivos que los obligan a hacerlo, pero la pregunta es por qué justo en partidos claves, en esos que se tenían que sacar adelante sí o sí.
Con los tres puntos que se perdieron ante la "U" y los dos ante Los Caimanes, Melgar estaría cómodo en la cúspide con 5 puntos de ventaja sobre San Martín y a un triunfo de sellar su clasificación a la final del torneo del Inca. Pero esos son supuestos y de supuestos la dominó nunca ha vivido porque la realidad siempre se ha encargado de desencantarlo.



Melgar flaquea en casa y así es imposible que tenga ese "condimento" que lo haga diferente. Queda demostrado que se le complica más jugar de local que de visitante, y no es como justifica Reynoso con que los rivales se agrandan cuando miran la rojinegra, sino que su equipo  en los dos partidos que tuvo que marcar la diferencia fue incapaz de hacerlo.
Y no es que juegue mal, sino que el rival lo hace mejor. Esta tarde en el "Monumental Arequipa", Los Caimanes fue superior a los rojinegros en varios pasajes de los partidos y convirtió a Butrón en la figura del equipo sacando cuánto balonazo cayó en su arco salvo el gol de Edson Aubert.
Edson robó una pelota a Rivas  y se perfilo al arco de Butrón, sin que nadie lo pare. Sacó un zurdazo al segundo palo de Butrón, un golazo que en vez de callar a la tribuna provocó una reacción injusta para un jugador que no dejó Melgar sino que fue dejado de lado por Melgar.



Así como lo hizo Jorge Lazo cuando defendió  a Cristal o Hilden Salas cuando estaba en Huancayo, Aubert celebró el gol como lo tenía que hacer, como se celebra un gol al exequipo.
Ese fue una puñalada a Melgar que los últimos minutos de la primera parte la pasó realmente mal. Ya a esas alturas, jugaba con diez hombres. Zúñiga había visto la roja por un codazo a Gómez. Y sabemos que este equipo sin "Cachete" es otro, pierde mucho no solo por el ímpetu que pone el atacante en cada jugada que disputa sino porque el rival se agranda cuando no está en la cancha y así pasó.
Sin Ysrael, Los Caimanes comenzaron a dominar el partido. Minutos antes del gol de Aubert, ya Jiménez había cabeceado solo pero Butrón resolvió bien.
En 45 minutos de juego, Melgar fue solo dos disparos a las manos de Martinuzzi. Primero de Rivas y luego de Cuesta. Más no se creo y eso tenía preocupado a Reynoso que vio las cosas empeorar cuando el rival se puso en ventaja.





Lo que se habló en el entretiempo nadie lo sabe, pero algo tuvo que decir el técnico para que el equipo salga herido al complemento. Los primeros 10 minutos de Melgar fueron de un ritmo frenético apoyado por las gargantas de la tribuna. Fue otro Melgar.
El equipo presionó y metió a los chiclayanos a su arco pese a que tenían un hombre de más. El penal de Martinuzzi a Minzum fue el regalo para ese despliegue físico que derrocharon los melgarianos. El mismo Minzum agarró la pelota y remató a la mano izquierda del portero. El empate y quedaba aún 35 minutos por jugar.
El cansanció le pasó factura a un equipo que aún no puede mantener un mismo ritmo de juego. Después del empate las revoluciones decayeron y Los Caimanes comenzaron a tomar el control del partido.
Melgar se lanzó al ataque pero le costó volver a defender. Cada contragolpe agarró mal parada a la defensa y si no hubiera estado Butrón antes de la media hora de juego del complemento, el partido estaría sentenciado. 
Alva no fue la solución que se esperaba. Intentó pero no encajó con lo que se quería, que era frontalidad y decisión para decidir cualquier oportunidad de gol. Tuvo una clara pero su disparo la sacó el porteo. El otro ingresado, Chirinos, también la tuvo pero su centro chocó en el travesaño.
No pararon de alentar.
Los Caimanes no renunció a esa idea de ganar en Arequipa. Con Vergara en la cancha, las cosas empeoraron para Melgar. El exUgarte, tocó e hizo jugar a su equipo, y en dos remates obligó a Butrón a tirar la pelota al tiro de esquina.
El pitazo final dejó a los rojinegros heridos en su amor propio. Esta vez no se reunieron al centro de la cancha para ingresar a vestuarios, cada uno lo hizo por separado. Hay bronca y se entiende porque algo mal se está haciendo. Ya son dos partidos sin ganar en casa y se viene otro compromiso igual de complicado frente a Cienciano.
Ahora hay que comenzar a hacer matemáticas y dicen que Melgar sigue dependiendo de si mismo para llegar a la final. 

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