La pena máxima

No hay por dónde criticar. Melgar hizo un gran partido en Lima en la medida de sus posibilidades y respetando ese estilo de juego que guste o no es sello de su técnico, pero no sirvió de mucho. El punto (1-1) ante Municipal sabe a muy poco, pero no hay espacio para juicios con mala leche.
El partido salió a pedir de boca para Reynoso. El gol de Omar Fernández al minuto de juego inclinó muy rápido la cancha a favor de los arequipeños que fueron al estadio "Iván Elías Moreno" convencidos de que solo ganando se podía seguir aspirando seriamente a la posibilidad de campeonar en el Apertura. El panorama ha cambiado, ahora solo se depende de las matemáticas, resultados de terceros y de milagros que históricamente son adversos al dominó.
Con Montaño en la cancha, Melgar fue el equipo que su entrenador pretende. Uno que mantenga la pelota en el mediocampo, que abra la cancha y que, aprovechando el pase largo o entre líneas del colombiano, se contraataque con ambición.
Enviar desde el arranque a Ruidíaz, Zúñiga y Fernández puso en claro que no se iba a especular, que el equipo iba a salir a jugar, a plantear fútbol en la medida de sus posibilidades. Y vaya que lo hizo. Municipal tuvo la pelota más minutos pero no los suficientes para dominar a los melgarianos que pusieron el ritmo de juego.
Con el cambio de Johnnier, por lesión, a los 30 de juego cambió todo. Ingresó un trajinador Rayner Torres que puso experiencia y desgaste físico, pero no el pie de Montaño ni menos la visión para abrir el campo o tranquilizar la pelota en el mediocampo.
Recién en el complemento, el dominó extrañó más al colombiano. Municipal se fue con todo pero hizo fácil y destacable la labor de la defensa. Puro pelotazo por las bandas o pelotas paradas, todas fueron bien despejadas por una defensa sobria con Villamarín, Lampros y Minzum como puntales.
Ferreyra siempre sobrio en el juego aéreo solo tuvo un error en todo el partido. Le cobraron falta técnica por soltar el balón y volverlo a agarrar lo que ocasionó un tiro libre dentro del área que Zela desperdició.
Luego fue impecable y espectácular como en el disparo a malsalva que sacó Bulos y que botó al tiro de esquina.
En el penal poco pudo hacer. El goleador del torneo, Iván Bulos, se la puso fuerte arriba, un remate intajable cuando el cronómetro marcaba los 86´de juego. Ahí cambió la historia que en ese momento le sonreía a Melgar.
"Cachete" llegó tarde a una pelota, trabó a Gutiérrez en el área. Gambetta cobró lo justo pero no hizo justicia para los intereses melgarianos. Luego el juez se comió  una mano de Villamarín que hubiera significado ya el hecatombe emocional para Reynoso y compañía.
Ni Muni ni Melgar están contentos, ambos perdieron. Como está la tabla, habrá que esperar lo que hagan Real Garcilaso y Cristal en el Cusco. Un empate sería lo ideal.
Pero ahora los ojos se trasladan a la Sudamericana. Melgar se queda en Lima hasta el lunes, día que viaja a Barranquilla para jugar el miércoles con Junior. Luego retornará para preparar su duelo de local frente a Vallejo donde definirá, dependiendo de otros resultados, sus opciones al título del Apertura.

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