“El
problema no es económico”, explica Edgar Villamarín. Se le siente molesto.
“Muchos dicen que es dinero pero no es así, solo es una condición, algo
simple”, sigue.
Ayer al mediodía se reunió con la gente de Melgar
en Lima. “La respuesta de ellos fue rotunda. Me dijeron que de ninguna manera
aceptarán lo que pedí y dieron por cerrado las negociaciones”.
La
respuesta lo agarró frío. “Ellos han cerrado las negociaciones, por mi parte
no. Voy a ver qué pasa. Por esperar a Melgar dejé de ver otras cosas, pero
bueno”.
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