Melgar tuvo un deja vu futbolístico en el Mansiche de Trujillo. En un inicio de campaña escasa de fútbol y abundante de frustraciones, el equipo de Juan Reynoso recordó ese juego que lo llevó a campeonar en el 2015.
Fue recuperar la memoria, un buen síntoma para pensar que hay motivos para pensar que este equipo puede volver a ser el de antes que a estar alturas ya es mucho pedir.
Un 2-1 ante la Vallejo vale más que tres puntos. Anímicamente es un golpe a la confianza que parece ser causa del envión que significó ganar a Alianza Lima en Arequipa.
Los goles de Omar Fernández y Patricio Arce pusieron las cosas en orden en una cancha donde al dominó casi siempre le va bien.
Vallejo se acomodó a las necesidades de Melgar. El colero del campeonato trató de intimidar a su rival con ataques apresurados y desordenados, pero en su primer intento ofensivo, los arequipeños respondieron con un gancho al hígado, un contragolpe que los dejó casi sobre la lona.
Así los rojinegros hicieron suyo un partido que pudieron sentenciar antes de los 20 del segundo tiempo, pero el divorcio con el gol sigue siendo un problema que aún no superan.
Sobre los últimos minutos llegó el tanto de descuento de Cruzado solo para poner una pizca de adrenalina para el ímpetu de los trujillanos.
Melgar no regresará a Arequipa, se quedará en Lima a la espera del partido pendiente del jueves ante el ganador del Apertura, Universitario de Deportes.
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