Ascues les ve la cara de tontos

Juan Reynoso reventó en el vestuario de Matute. No fue necesario gritar, ni apuntar con el dedo, simplemente su mirada lo dijo todo. Su equipo pecó de inocente y eso no lo perdona. Dos desatenciones para regalar un partido que en su calculadora significaban tres puntos.
Pero lo que más le tocó el ego, no fue que su Melgar ceda tres puntos de forma ingenua, sino que el verdugo sea precisamente Carlos Ascues, sí ese jugador que blanqueó de su plantel por sus continúas irregularidades en su vida personal. Ese moreno que ya en dos oportunidades dejó Melgar a mitad de temporada (primero fue en julio del 2015  para emigrar al Wolfsburgo de Alemania, y ahora, en agosto, para ir a Alianza Lima) cumplió con exactitud la "ley del ex".
A los 7´ puso el 1-0 ante una descoordinación amateur entre Penny, Santamaría y Quina para ir a la caza de un centro cruzado y luego, a los 84´ aprovechó otra inocencia para poner de taco el 2-1 que definió un partido que tras el 1-1 de Ysrael Zúñiga (59´) pintaba más para quedar en manos de los arequipeños, pero...
Melgar cumplió con el guión que Reynoso elaboró en la semana. No sorprendió ver un equipo tan cuadrado y falto de ideas, porque es lo que quiere el entrenador. Automatizar movimientos es su prédica para llegar a la perfección, pero en el fútbol jugar bonito rotando el balón y con ese pase tras pase, no es necesariamente jugar bien.
Los rojinegros robaron la pelota a Alianza. Pase por acá, pared por allá, algún lujo e inofensivo vértigo tuvieron un denominador común: mala finalización.
De qué vale, como dice el mundialista argentino Ruggeri, 20 o 70 pases que pueden ser vistozos para la tribuna, cuando no hacen daño. Es más, tanto control del balón nunca terminó en una pared en el área del portero Prieto o en un disparo al arco, sino en pelotazos a las espaldas de los defensas que fueron controlados en su totalidad, a excepción del que provocó un choque entre Rengifo y el portero aliancista que  el árbitro Mauro cobró como falta del atacante dominó.
Los rojinegros parecen estar amarrados de píes y cabeza cada vez que intentan improvisar, está prohibido hacerlo. Arce, Arias, Loyola y Omar Fernández pudieron hacer la diferente cada vez que quedaron en el mano a mano con sus marcadores, pero prefirieron lateralizar el juego o retroceder el balón hasta la defensa, para mantener la posesión, que es otro concepto que Reynoso aplica a raja tabla. 
Tuvieron que pasar 54 minutos
Recién a los 9´ del complemento se produjo la primera llegada de Melgar y todavía fue con un disparo desviado. Un córner dejó a Revoredo solo frente al pórtico grone, pero su frentazo salió cerca del parante.
Ya con Ysrael Zúñiga en el campo de juego, la estrategia cambió no tanto por mano de Reynoso sino por el simple hecho de que tener a "Cachete" en la cancha cambia la percepción de lo que es Melgar en ofensiva.
Ahora los centros no eran frontales, sino laterales y hasta los mismos rojinegros se sentían más osados con el camanejo en la cancha. Esos fueron los mejores momentos del partido. Melgar avasallo a Alianza, pero sin culminar las jugadas, hasta que llegó un centro de Quina, que arrancó de lateral por la izquierda y terminó como central, que agarró bien ubicado a Zúñiga para que de "palomita" ponga el transitorio 1-1.
El empate cambió radicalmente la política de Reynoso. En vez de continuar con la misma tónica, decidió retroceder sus líneas y apostar por el contragolpe. Hizo ingresar al belga Yahya que aún está muy verde para adaptarse a este medio y a sus compañeros, y Kevin Ruiz. 
Con Melgar prácticamente metido en su área, Alianza Lima comenzó a empujar sin mucha peligrosidad, hasta que llegó una jugada de pichanga de barrio. Una falta cerca del área grande, es cobrada con viveza por los aliancistas mientras los rojinegros reclamaban al árbitro, el primer disparo es desviado por Penny, pero el rebote no pudo ser despejado por la defensa. Ascues que estaba metido en el área chica, de taco la puso al fondo de las redes. Como en el box, el fútbol es para los avispados y los melgarianos pecaron de tontos cuando faltaban 6 minutos para el final.
Ya Reynoso, que durante todo el complemento mantuvo una disputa con unos hinchas de Alianza que se colocaron detrás de la banca de suplentes para insultarlo, se quería matar. No culpa al juez por haber permitido que la falta se cobre de inmediato, sino porque una defensa tan experimentada no puede caer en una candidez como esta.
Al final del partido como en el entretiempo se cruzó con Ascues, y ni lo miró, solo quería llegar a vestuario para tener a todos sus pupilos frente a frente. Lo que pasó adentro queda en la interna.
¿Qué dicen los números? van tres fechas y Melgar solo logró tres puntos, lleva dos derrotas consecutivas y está a seis unidades del puntero (Real Garcilaso).

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