Despelote en el fútbol femenino

Universitario, la nueva víctima.
Cirila Haydeé Paytán Suárez tiene - como contó en una entrevista a la página web de la Conmebol en el 2015 - más de 25 años de experiencia, para ser exactos 27 años, como dirigente de fútbol. Desde el 2006 es presidenta de la liga departamental de fútbol de Pasco y desde el 2015 forma parte del directorio de Edwin Oviedo en la FPF, además es la encargada del fútbol femenino.
Prometió la "revolución", pero solo ha sembrado problemas en la ya débil organización del balompié damas peruano. Su ímpetu no ha cambiado una estructura enclenque que se refleja que a nivel sudamericano Perú es último a nivel de selecciones y de clubes.
Y no es que años anteriores las cosas eran distintas. El fútbol femenino ha sido, como en muchos países, la última rueda del coche, pero en el caso peruano no sale ni intenta salir de su subdesarrollo.
En el 2008, White Star se coronó campeón nacional en Arequipa en un torneo que no debió participar porque no le correspondía, no participó Lima y donde el real representante mistiano, el desaparecido Idunsa, fue diezmado porque un par de jugadoras fueron llamadas a la selección nacional justo en la fecha del campeonato. Pero ese un tema es doméstico.
Haydeé Paytán.
Clasificó a la Copa Libertadores de Brasil, pero la que viajó fue la selección nacional con jugó ese torneo con la camiseta azul de la Estrella Solitaria. Solo cuatro campeonas fueron consideradas en la delegación por el comando técnico que impuso la FPF y solo una tuvo minutos en la cancha.
Esa es una muestra de cómo se llevaba y como se lleva el fútbol femenino en Perú. Las cosas no han cambiado. Mientras todos los ojos están puestos en el Mundial de Rusia, Paytán y su asesora René Barreda, experiodista limeña, hacen y deshacen a voluntad.
Ahora la víctima es el club Universitario de Deportes, actual tricampeón nacional. ¿Qué ha pasado? A las cremas  no las quieren ver nuevamente campeonas metropolitanas de Lima. Ellas ganaron el torneo de todos contra todos y les correspondía el título, pero les inventaron un cuadrángular que también ganaron, pero ahora les han dicho que son campeonas del torneo Clausura y que deben jugar un partido extra con JC Sport Girl, supuesto campeón del Apertura, para definir la clasificación al Nacional.
Pese al abuso y a las quejas, Paytán ha logrado que las merengues acepten jugar un partido más que debía disputarse el domingo último como preliminar a la primera fecha de la finalísima de la Copa Perú en Villa El Salvador. Cuando llegaron ambos equipos se dieron con la sorpresa que el estadio estaba cerrado, que la FPF no había tramitado permiso para su uso de este escenario y cuando cedieron porque les explicaron que era un partido de definición prohibieron el ingreso de público.
René, de periodista de radio pasó a ser asesora de Paytán.
El duelo solo se jugó 30 minutos debido a que ya debía comenzar el partido Binacional vs Mariátegui, por lo que fue suspendido y reprogramado a mitad de semana, posiblemente en Matute. Toda una Odisea para Universitario y su ocasional rival.
¿Sorprende? No. El Club Internacional Arequipa, cuatro veces campeón regional sur (2012, 2013, 2014 y 2015) ha pasado las mismas penurias en la etapa Nacional. Al punto de que, la última vez que viajaron a Lima, las conminaron a abandonar el hotel donde se las hospedó a las 9 de la mañana cuando tenían que jugar a las 4 de la tarde y emprender viaje de retorno a Arequipa a las 8 de la noche. Tuvo que intervenir el mollendino Juan Carlos Oblitas, quien labora en la FPF, para que no desalojen a las rifleras.
Y es que el problema de Paytán y Barreda es que no les gusta que un club repita el plato consecutivamente, ellas quieren variedad, pero no trabajan para lograrlo. Una muestra de su ineficaz trabajo en provincias se reflejó en el último regional sur.
Mientras Arequipa terminó a duras penas su etapa departamental, en Tacna ni siquiera la habían iniciado pese a que las tacneñas siempre han tenido fútbol femenino competitivo y Moquegua jugó su torneo en un solo fin de semana. 
Cuando consultaron a la FPF  como se iba a jugar el Regional, la respuesta es simple, que el campeón de Arequipa y el de Moquegua disputen un solo partido, perjudicando directamente a White Star, subcampeón mistiano, que en su año de Centenario lo expectoraron de un plumazo.
Otro problema es el tema selecciones. Se sigue pensando que Lima es el Perú y ahí radica el problema de los fracasos continuos. Anteriormente, por lo menos se convocaba a gente de provincias. Arequipa tuvo a varias seleccionadas y preselecionadas como Maribel Ugarte, Piarelli Valdivia, Lenny Aubert, Ana Quirquihuaña y Katleen Rivera, pero la política de estos años es solo nutrirse de gente que juega en Lima.
Entonces para qué sirven los Centro de Alto Rendimiento o el trabajo de monitoreo de jugadoras, la respuesta es que para nada.
Mientras la Conmebol impulsa la masificación del fútbol femenino con la Liga de Desarrollo, en Perú el trabajo de la federación es nulo.
Volvamos al tema local, Paytán y Barreda siempre han tenido una fijación con Arequipa. En uno de los últimos nacional señalaron que en su registro de jugadoras solo se consideran a 30 mistianas, mientras que de Pasco tenía más de mil. Y hasta criticó las reiteradas participaciones del Internacional porque pensaba que no había equipos en la Ciudad Blanca.
Pero el problema no solo es con Arequipa sino también con Chiclayo y otros departamentos a los que no ha reconocido a sus representantes debido, en algunos casos, a que no respetan el cronograma de competencia, como Tacna, y en otros casos por simple ojeriza. Hasta las formas se han perdido bajo la excusa de que ahora una provinciana está en el poder.
Desde el 2019 todos los equipos de fútbol profesional tendrán que contar con equipos de fútbol femenino y es seguro que todos los tendrán porque cada año crece el universo de futbolistas en todo el país, pero no debido al buen trabajo de Paytán y la FPF.
A nivel local las cosas tampoco van mejor. Aunque en Arequipa se respeta una estructura y el espíritu de las jugadoras, entrenadores y dirigentes no se ha perdido, como ha pasado en Tacna; siempre se ha carecido de un trabajo de captación de nuevos valores que es una tarea que se la han endosado al club Vepia el único que presenta nuevas caras mientras que los otros se nutren de sus hallazgos.
Aún no se avanza a la par del desarrollo del fútbol femenino a nivel sudamericano donde ya existen ligas profesionales. Talento existe, pero se debe trabajar con las bases como lo realiza Vepia, el Club Internacional o el colegio Max Uhle. Una labor que no apunta a ganar un partido o un torneo, sino proyectarse a formar jugadoras con miras a una selección nacional o para que jueguen en el extranjero como la portera Piarelli Valdivia que nació en Idunsa, pasó por el Club Internacional y jugó por cerca de un año por un club en Brasil, todo pagado.

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