Juan Carlos Aquino le huye a la prensa. Le gusta el anonimato más aún cuando de fútbol hay que hablar. Dicen, sus allegados más cercanos, que no tiene celular o que si lo tiene cambia de número constantemente, es inubicable y él es el que, si lo ve necesario, llama. Es un hombre de decisión volátil, eso lo puede confirmar todos los que han trabajo con él.
Hasta el martes por la noche Javier Arce estaba fuera de Binacional. El exalcalde de Chucuito, que fue azotado por comuneros en el 2016 por no cumplir sus promesas electorales, había ordenado buscar un nuevo entrenador desde el sábado último. Mantenía la decisión que tomó luego del partido con Cantolao: cesar a todo el comando técnico.
Así como es arrebatado para decidir, también es inesperado, puede cambiar de opinión fácilmente. Uno de los últimos que sufrió esa variación brusco de carácter fue la empresa juliaqueña Shumawa que los vistió gratuitamente este 2019 sin firmar ningún contrato. Hace unas semanas le comunicaron a su gerente vía wasap que cambiarían de indumentaria, eso sí le dijeron "muchas gracias".
Qué paso en el caso Aquino - Arce. A inicios de año, ambos acuerdan firmar dos contratos, uno de enero a julio y el otro de agosto a diciembre, eran similares. Y ojo, esos contratos están firmados y estaban sujetos a añadir alguna addenda si había consenso.
Nadie esperaba el campañón que hizo Binacional. Sorprendió al propio Arce que, lógicamente, tras ganar a Boys en Juliaca y adjudicarse el título del Apertura, pensó que tenía que renegociar su contrato. Aquino accedió.
Números van, números vienen, lo cierto es que se llegó a un acuerdo verbal. Todos se tranquilizaron, pero el entrenador quería que todo se plasme en el contrato que estaba firmado de agosto a diciembre.
Aquino, típico en él, no lo hizo y eso creo malestar en el técnico. Lo que rompió la relación fue sus declaraciones luego del último partido con Cantolao. Arce reclamó que aún no tenía contrato, el presidente del club reaccionó impulsivamente porque sintió que estaban dañando su imagen pese a que había un acuerdo tácito.
De inmediato llamó a sus trabajadores del club, ordenó que depositen el sueldo a todo el comando técnico hasta el último día de julio, fecha en la que terminará el primer contrato, y asunto arreglado. A buscar nuevo entrenador.
Como en el fútbol todo se sabe, los futbolistas la tarde del domingo ya sabían la decisión que se había tomado y nadie estaba de acuerdo.
Pero ojo había un pequeño detalle, Binacional estaba en capacidad de presentar a la FPF el contrato firmado por Arce y lo podía perjudicar, pero esa medida de descartó de raíz.
El directivo recibió, por intermedio de sus voceros asentados en Juliaca, el malestar de los jugadores porque el equipo estaba bien compenetrado y lo más importante, todos confiaban en el trabajo de Arce.
Pese a ello Aquino no daba su brazo a torcer, hasta que se comunicó con Arce. Como buenos hombres de fútbol donde saben que nada está dicho hasta que suene el pitazo final, limaron asperezas con un café. Ojo en todo ese tiempo es decir 2 días, Binacional no desmintió ni confirmó ninguna información.
Arce cumplirá su contrato con Binacional hasta fines de julio, luego - se espera - iniciará el otro contrato el que ya había firmado en enero que lo liga de agosto a diciembre.
La conclusión de esta ensalada de idas y vueltas es simple, el club deportivamente es el gran beneficiado. Juan Carlos reaccionó a tiempo.
Comentarios