Osella, el cuarto técnico que deja Melgar en dos años

Osella se fue y dejó a Melgar lejos de un torneo internacional. Nuevamente la cuerda se rompe por el lado más débil (foto Click).
Melgar oficializó la rescisión del contrato del argentino Diego Osella y su comando técnico a las dos horas de haber terminado el partido con Alianza Lima.
Más que el resultado, lo que apresuró la decisión de Jader Rizqallah fue la forma. De ir ganando 2-0, se dejó voltear el partido y terminó derrotado 2-3 en un duelo que fue calco de muchos anteriores donde se notó la falta de oficio dentro y fuera del campo de juego para mantener un resultado.
Aunque Osella y su comando técnico han sido la cabeza de turco para calmar a la tribuna, los culpables son muchos más y están dentro de un plantel que, como pasó antes con Enrique Meza, Hernán Torres y Jorge Pautasso, es el principal problema.
A Enrique Meza lo sacaron del equipo (29 de abril 2018), aunque dijo que renunció, tras un empate (1-1) en Huancayo en el Apertura del 2018, a Hernán Torres a la administración decidió terminar (11 de diciembre 2018) el vínculo contractual luego de dejarse igualar 3-3 en Matute ante Alianza Lima y perder en penales (no se anotó ninguno) la clasificación a la final nacional del 2018. 
Este año llegó Pautasso, tras una gran campaña internacional y un flojo Apertura, renunció (22 de mayo 2019) después de perder 0-6 en Quito ante la Universidad Católica; ahora es Osella el que se va (27 de octubre 2019) por la puerta falsa.
El análisis fácil sentencia que después de Juan Reynoso (2014 - octubre 2017), Melgar no ha tenido un técnico a la altura del plantel de jugadores de turno. Pero esa no es toda la verdad.
El problema no es solo falta de capacidad, sino mal manejo de grupo. Con Reynoso se le dio plena libertad para hacer y deshacer en la interna de sus jugadores. Recuerden lo que pasó con Alva, Hernández, Kontoggianis, solo por citar algunos apellidos, a los que el "cabezón" los castigó con la complacencia administrativa y, lo más importante, la de los mismos futbolistas que no se atrevían si quiera en levantar la voz de reclamo. 
Y es que el ahora técnico del Puebla de México siempre fue frontal y sabía imponer las distancias entre entrenador  y jugador. Hasta el mismo Ysrael Zúñiga, en una práctica en la cancha de Alto de Amados, fue víctima de una recriminación de alto voltaje porque estaba entrenando con desgano. Ya chocar con el Cachete y con otros ranqueados le daba otra tipo de autoridad, mucho más efectiva.
A Meza se le culpó de ser de mano muy endeble con jugadores que se van hasta el codo cuando les das la mano. Con él se recuerda un caso, el de Hernán Hinostroza que no llegó a los entrenamientos por quedarse en Camaná tras tener un día de descanso que  dio el técnico mexicano pese a la oposición de Zúñiga que le recomendó no hacerlo. Ahí el grupo se quebró en la interna, por una parte Penny y por la otra Cachete, en el medio estaba Enrique totalmente desprotegido.
A Torres le pasó casi lo mismo. El encontrón que tuvo con Jean Pierre Fuentes fue la gota que rebasó el vaso de la paciencia del plantel que ya se sentía tocado cuando el colombiano decidió mandar a la banca a Zúñiga y, de alguna forma, logró apresurar el retiro del camanejo. 
Con Pautasso todo iba bien, hasta que comenzó a chocar con algunos jugadores por temas netamente futbolísticos, los culpaba individualmente de malos resultados en el torneo local y algunas derrotas internacionales. Cuando se perdió 0-6 en Quito, se dio cuenta que no tenía el respaldo de su plantel, decidió irse.
Lo mismo ha pasado con Osella. Nunca encontró la respuesta que necesitaba de su plantel, nunca tuvo el respaldo de jugadores que sabían que su capacidad táctica era limitada y eso se reflejaba en algunos cambios. Y es que los futbolistas saben quién sabe y quién no, en ese sentido son muy rigurosos y el argentino no llenaba sus expectativas.
Culpable con cambios que desarmaban a su equipo, hubo partidos como los de hoy donde los jugadores fueron los directos responsables del mal resultado como pasó el año pasado en Matute ante el mismo rival cuando se dejaron empatar 3-3. 
Con un 2-0 a favor frente a un rival limitado como Alianza Lima, con la posibilidad de meter el tercero, no puede culparse al árbitro así haya pitado un penal inventado ni al técnico, eso sería muy mezquino con la responsabilidad que tienen los que saltan al gramado de juego.
A falta de 4 fechas para terminar el torneo y con el peligro de no clasificar a un torneo internacional luego de 5 años, está claro que para el 2020 no solo se tendrá que buscar un nuevo técnico sino que hay que renovar a todo el plantel de jugadores como se hizo en el 2014.



Un mexicano, un colombiano y dos argentinos, no han podido llenar el vacío que dejó Reynoso.  

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