Campeones con sazón arequipeño

La historia exitosa de Binacional tiene cimiento de sillar. El club nacido en el fronteriza Desaguadero por una idea los tricicleros que cruzan los 30 metros que distancian Perú con Bolivia, conoció la gloria recién cuando se "nacionalizó" arequipeño en el 2017.
Es por eso que el título que ahorita celebra toda Juliaca y Puno, que se lo agradecen a la Virgen de la Candelaria, imagen que llevan en pecho de su camiseta, también tiene sabor a rocoto relleno y está claro que la Virgen de Chapi que hasta, que jugó en Arequipa era la que adornaba la casaquilla celeste, puso su granito de arena para que hoy puedan gritar CAMPEÓN.
Este campeonato como todos tienen su condimento heroico y estoico. Un club a los que muchos no daban méritos para militar en la profesional por los diversos problemas administrativos dirigenciales producto de una dictadura encabezada por el peculiar presidente Juan Carlos Aquino, se alzó en tiempo récord con el máximo galardón del fútbol peruano. Ya forma parte de esa élite de 10 clubes que han logrado alzar el trofeo de campeón profesional desde que se creó el Descentralizado, ahora Liga 1, en 1966: Alianza Lima, Cristal, Universitario, Aurich, Melgar, Huaral, Boys, San Agustín, San Martín y Defensor Lima.

Pero la historia de Binacional es más inverosímil. Es el equipo provinciano que más rápido logró ser campeón peruano desde que llegó al fútbol profesional. Melgar campeonó en la Copa Perú en 1971 y  le costó 10 años ser el soberano incaico: 1981. Aurich de Chiclayo desde la última vez (2007) que llegó a la profesional, descendió en 4 oportunidades, consiguió el título cuatro años después: 2011.
Otros consideran que los titulos de Huaral(1976 y 1989) y de Sport Boys (1984) también son provincianos porque están fuera de Lima Provincial, pero para la mayoría son logros que los adjudica a la capital.
Binacional rompe con todos los esquemas que tratan de implantar los códigos de la nueva administración deportiva. Es un equipo que aunque es profesional, se maneja - como ya lo hemos dicho - en base a las decisiones de Aquino, quien hace y deshace, y aunque ahora ha madurado a comparación de sus arrebatos en épocas de Copa Perú, sigue siendo el mismo directivo amateur.

De ser ese presidente de tricicleros binacionales pasó a ser alcalde provincial de Juli y ahora es el dirigente más exitoso del fútbol puneño que, siendo sinceros, es casi imposible tenga alguien que lo iguale.
Veamos. Fundó Binacional en el 2010, hasta el 2015 militó en la Copa Perú de Puno. A finales de ese año decide fusionarse con un equipo de Copa Perú de Arequipa, Escuela Municipal de Paucarpata. En el 2016 se convierte en la sensación de la Copa Perú y llega representando a la Ciudad Blanca a la finalísima, queda tercero.
Otro dirigente habría renunciado, pero sentirse tan cerca de lograr la gloria tocó su ego y vuelve a aportar fuerte para el 2017. Ese año campeona en la Copa Perú para jugar fútbol profesional el 2018. Ese mismo año clasifica a la Sudamericana. Para el 2019, campeona en el Apertura, logra ganar el acumulado y se corona campeón nacional.
Meteórica carrera provinciana tomando en cuenta que con 19 años de creación consigue el título profesional peruano, Melgar lo logró a los 66 años (1915-1981) y Aurich a los 89 (1922-2011).
¿Cuál es la clave del éxito? Nadie lo sabe, pero todo gira alrededor de Aquino y su capacidad folcklórica de sacar todo adelante sin seguir los parámetros del profesionalismo. Comenzó en el fútbol profesional con solo tres empleados, sin local social conocido (el que se presentó oficialmente ante la FPF y ADFP era la casa de uno de sus dirigentes), sin cancha de entrenamiento, y con problemas económicos para cumplir el pago de sueldos.
Si así fue en el 2018 cuando cambió de sede de Arequipa a Moquegua, en el 2019 cuando decidió emigrar a Juliaca todo siguió casi igual. Siguieron los problemas con las canchas de entrenamiento, problemas en las mensualidades, etc.
Recuerden que cuando campeonaron en el Apertura solo les dio 5 mil soles de premio para que se repartan entre el comando técnico, jugadores y plantel auxiliar. No es broma, pero algunos recibieron 80 soles por ganar el primer torneo de año. 
Ahí aparecieron otros factores que hicieron fuerte este grupo. Ese grupo de jugadores que tenían donde escasean las figuras y los ranqueados, se compenetró tanto que los hizo inmune a cualquier adversidad. Además tenían en Javier Arce a ese pedagogo que les lavó bien la cabeza cuando muchos querían tirar la toalla.
Se fue Arce tras un cortocircuito con Aquino, y llegó Mosquera, otro técnico al que le gusta hablar para convencer. Tuvo la suerte que tenía un plantel armado y que había demostrado en el Apertura que tenía con qué ser protagonista. Hizo lo más inteligente, primero llegar bien al grupo, convencerlo de que su discurso daría resultados y ponerse de tú a tú con su presidente, como cuándo se definió la sede del primer partido de la final donde hizo pesar su deseo ante la negativa de Aquino.

La triste desapareción de Vergara también fue ese envión, ese plus mental que faltaba para que este equipo esté convencido de que podía campeonar. Ya no solo querían ganar, sino que se sintieron obligados de hacerlo porque lo querían dedicar al amigo desaparecido.
SABOR A ROCOTO
Binacional encontró su norte en Arequipa, eso lo hemos explicado. Del equipo que campeonó en la Copa Perú 2017, hay cinco que han logrado el titulo profesional 2019: Polar, Tello, Fernández, Ampuero y Fajardo. Pero hay más gente que inició ese proyecto y que ahora pasa desapercibida, por ejemplo Willy Escapa, preparador físico del equipo desde el 2016; Ríchard Muñoz, como jefe de equipo; Moises Barriga, como gerente deportivo, o Marcos Silva, en la jefatura de prensa. 
A ellos se han ido sumando más mistianos a este grupo de trabajo como Fredy Llerena, exkinesiólogo de Melgar. Está Claudio Bustamante que llegó con Mosquera como asistente técnico, Augusto Rossel como preparador de arqueros, quien ojo también es campeón de la Copa Perú de 2017.
Si para ganar la Copa Perú, Binacional tuvo que mudarse a Arequipa y tener un equipo casi al 80 % de arequipeños, para campeonar en el fútbol profesional el aporte characato ha sido fundamental con Aubert en la cabeza junto a Andy Polar, el majeño Fernández que poco a poco se fue ganando el titularato y hoy la rompió en Matute, el tercer portero Osmar Ampuero; el juvenil mollendino Luis Astorga y Dorian Vilca, hermano de Andy.
Pero hay otros mistianos que están en divisiones menores de Binacional y esperan llegar al primer equipo.
Todos estos jugadores, hablamos de los arequipeños, fueron tácitamente vetados por Melgar. A Aubert lo etiquetaron de intrascendentel, a Polar le quisieron pagar una miseria por su carta pase en el 2017, lo mismo pasó con Fernández cuando le quisieron dar una propina, a Ampuero ni lo miraron, etc.
Binacional campeonó y rompió con todos los esquemas del nuevo orden organizativo del fútbol peruano. Quizá en ese sentido, este sea solo una casualidad, pero en lo deportivo este equipo que nació a las orillas del Titicaca y que se refundó en Arequipa, tiene todos los méritos para ser, hasta diciembre de 2020, el soberano del fútbol peruano.

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