Belizario dueño de la Candelaria

Belizario cruza la meta resguardado hasta por seis motos que querían salir en la foto e interrumpían el paso de otros deportistas. Solo pasa en Cayma.
El puneño Máx Belizario Sucapuca (33) ganó por cuarta vez, la tercera en forma consecutiva, la Maratón Internacional Virgen de la Candelaria que organizó el domingo la Municipalidad Distrital de Cayma.
Líder de principio a final, el puneño no tuvo problemas en ganar la competencia con un tiempo de 2h 22m, mejorando en cinco minutos el tiempo que registró el año pasado (2h 27m 21s) en el mismo circuito.
Ganador de la edición 2015, desde el 2018 se ha impuesto consecutivamente en una competencia que le cae a pelo y que lo ratifica como uno de los mejores fondistas peruanos. El año pasado también ganó el año pasado la Maratón de Los Andes de Huancayo y quedó noveno en la Maratón Ciudad de México 2019.
DETRÁS DE LA MARATÓN 
La organización de la maratón se vio empañada por el atropello de un atleta de los 42 km cuando corría por la Av. Arancota. Un auto  embistió a Marco Yupanqui y le produjo una fractura en la pierna. ¿Culpables? directamente la mal resguardo de deportistas y de señalización para que los conductores estén atentos al paso de los maratonistas.
Y es que solo se priorizó a los que encabezaban cada categoría. Por ejemplo Belizario estuvo, como es lógico, resguardado durante toda la ruta al extremo, que cuando cruzó la meta dentro del estadio La Tomilla, ingresó resguardado por motos de serenazgo y de la Policía que obstruyeron, felizmente sin causar accidentes, de deportistas de los 21 km o 10 km.
Otro punto en que la municipalidad de Cayma como responsable de la organización debe reflexionar es sobre la pobre convocatoria de deportistas. Cerca de 4 mil para una prueba que cumplió su edición XXXV es un número muy pobre tomando en cuenta que solo en Arequipa existe una población de más de un millón de habitantes.
La falta de visión ha convertido a la Candelaria en una prueba casera sin mayor objetivo que cumplir con la devoción a la patrona de este distrito.
Siendo Perú una cantera de fondistas, estamos en el top a nivel sudamerica, la falta de nombres importantes llama la atención, así como la presencia de atletas de otros países. El problema no es el premio (S/ 12 mil o más de USD 3500) sino la falta de promoción a nivel nacional e internacional.
Y es que hay un sector que se siente desatendido. La mayoría de competidores son amateur, es decir, gente que quiere hacer deporte. Los menos son los que van en busca del podio, especialmente en las categorías más importantes: maratón, media maratón y los 10 k.
Esa masa que debe significar el 80 % de todos los inscritos, paga una donación de S/ 10 y recibe, un polo, una medalla y un rehidratante, y sueña con llevarse el carro que regala la organización. Es decir, más de 3000 personas solo esperan como premio a su esfuerzo, lejos de la satisfacción de cruzar la meta, un auto. 
Eso explica cómo ayer, tras culminar la carrera la mayoría esperó más de 4 horas para que se realice el sorteo. Pero por qué no pensar en sortear otras regalos de mucho menor costo que un vehículo, entre la multitud. Y no es que falten recursos, sino que en la comuna lo que no hay es gestión ni un panorama más amplio para captar la atención de más participantes.
Otro error, especialmente en los 42 kilómetros, es que para un deportista amateur bien preparado un tiempo promedio para cruzar la meta es de 4 a 4.30 horas para tamaña distancia y complicado recorrido. Pero hay otros que por diversos motivos lo hacen hasta en 6 horas.
Ayer, por ejemplo, los organizadores desarmaron la llegada cuando había gente que seguía en competencia. Hasta los voluntarios de la Cruz Roja desarmaron sus toldos y se dejó en el aire a atletas que fuerzan su cuerpo al límite.

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