Corrales, el presidente de los 12 años en Melgar

Esta madrugada dejó de existir Alejandro Toribio Corrales Zea, expresidente del club FBC Melgar durante 12 años (1992-2004) y directamente responsable de que la institución dominó actualmente se encuentre en un proceso concursal.
Corrales Zea, exalumno del colegio Salesianos Don Bosco, llegó al club a inicios de 1990. Nunca fue socio ni directivo, pero en 1991 don Gilberto Corrales, con el que  compartían el mismo apellido pero no tenían ningún parentesco, le propone ser presidente de Melgar debido a que no había ningún socio que quería asumir el cargo.
Así lo hizo. En 1992 debutaría en la presidencia con una de las mejores campañas que realizó el club rojinegro en la década de los 90'. Luego de un inicio incierto de campeonato logra clasificar a la liguilla prelibertadores en Lima donde tras dos buenos resultados (2-1 Alianza Lima y 2-1 Cienciano), pierde ante Boys (0-2), Sipesa (0-4) y Cristal (0-1) y se queda sin opciones de llegar a una Libertadores.
Asesorado por Alejandro Tapia, el eterno administrador del club, rápidamente encontró la fórmula para manejar una institución donde, en sus primeros años, no encontró voces contrarías a sus decisiones.
Exdirigentes y extrabajadores del club confidencialmente contaban que las sesiones de directorio eran cortas. Tapia daba sus informes, se escuchaban algunas opiniones, ordenaba pollo a la brasa, algunas botellas de whisky y se cerraba la jornada. Sus determinaciones eran inapelables y simplemente se cumplían por el poder que le daba el hecho de ser el único que tenía capacidad de inyectar dinero cuando se necesitaba.
Debido a ese comportamiento, era libre de hacer y deshacer. La misma situación se repetía en las asambleas de socios que simplemente eran para informar, escuchar algunas observaciones y nada más. 
Temperamental, cuando ingresaba al club todos callaban y salvo María Eugenia Blanco Llosa, exdelegada, no había nadie de su entorno que podía encararlo en esos momentos. La "gringa", afirmaba Corrales, era "brava" por lo que se hacía complicado discutirle algo.
Con los años agarró más experiencia en tema de contrataciones, negociaciones con auspiciadores y  con los derechos de transmisión. Poco a poco comenzó a recuperar el capital, con sus intereses, que en un inicio había invertido, pero sin informar a nadie. Sentía que no debía hacerlo y tampoco nadie se lo reclamaba.
Cuando alguna voz discordante aparecía, simplemente ponía a disposición la presidencia. Es más en muchas elecciones (eran cada 2 años), esperaba literalmente el último minuto para presentarse y posteriormente reelegirse porque no aparecían otros candidatos.
Con el paso de años y con un equipo destinado a media tabla, comenzó a sentir el rigor de los hinchas y socios. Su único logro deportivo importante fue clasificar a la Conmebol 1998, luego siempre Melgar ilusionaba, pero luego caía en la mediocridad.
La venta de Ysrael Zúñiga al Coventry de Inglaterra, la de Mulet, Cominges y Palomino a Grecia hicieron ingresar importante capital que el manejo a su libre albedrío con aprobación de sus directivas y los socios. En esos años se puso de moda tener portátiles, ese grupo de socios incondicionales al presidente de turno y que perduró en las posteriores directivas.
Ya para el 2003 la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (Sunat) puso el ojo en Melgar. Le realizó auditorias y encontró desbalances notorios que provocaron multas y deudas por tributos no pagados.
Su permanencia en el club era insostenible y para el 2004 apuesta por el cambio de directiva. Presentó a Robert Gutiérrez como su sucesor, pero tras ganar las elecciones se le volteó la torta. Comenzó lo que se llamó la "recuperación del club".
Para ese año la deuda de Melgar con la Sunat no llegaba al millón de soles y estaba refinanciada en 10 años, ojo con ese dato.
El 2004 y 2005 fueron años muy complicados para Melgar. Lucha de intereses, pactos bajo la mesa por cuotas de directivos y acuerdos que luego se desconocían abundaban en directivas donde Corrales mantenía su presencia tácita, hasta que poco a poco su influencia se fue debilitando.
Tras su periodo de 12 años qué dejó al club. Lejos de la deuda con la Sunat y amenazas de embargo al club, inauguró un complejo deportivo en la cuadra 17 de la avenida Kennedy tras un convenio con el Consejo Transitorio de Administración Temporal (CTAR), ahora Gobierno Regional de Arequipa), y un terreno en Mollebaya.
En el 2005 algunos socios entre ellos Bustinza, Calle y Ortiz presentaron una denuncia al Ministerio Público contra Corrales, Tapia, Indacochea, Lima, Jiménez y Saiki, por delitos como Fraude de Personas Jurídicas, Apropiación Ilícita, Desaparición de Pruebas, Uso de Documentos Falsificados, etc. En agosto de 2011 se archivó el caso por no encontrarse pruebas suficientes para iniciar una investigación formal. ¿Qué pasó? el club no entregó documentación cuando se le pidió.
La deuda que dejó con la Sunat era de cerca de un millón de soles, refinanciada a 10 años. Esta no fue respetada por sus sucesores, Gutiérrez, Paredes, Calle y Bustinza, que estaban más preocupados en mantener a flote al club que en resolver un "problema" que años después (2012) provocaría el inicio del proceso concursal.
La deuda de cerca de un millón de soles en ocho años (2005-2012) llegó a los 3 millones 400 mil soles, de los cuales un millón 600 mil soles era de capital y un millón 800 mil soles de intereses, según el informe que elaboró Carrizales & Vidal Abogados en septiembre de 2012.
El complejo deportivo que levantó en la Av. Kennedy y que Corrales dijo que construyó con dinero de la venta de Zúñiga, fue recuperado años después por el CTAR. En Melgar nadie se opuso. El terreno de Mollebaya sigue ahí revalorado porque prácticamente queda en zona urbana y sobre el se tiene un proyecto de un complejo deportivo.

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