La coyuntura
actual de la participación de los clubes peruanos en torneos internacionales agiganta
la clasificación de Melgar a los octavos de final de la Copa Sudamericana. “Harina
de otro costal”, “un oasis” o “accidente” son calificativos que se han lanzado
esta noche y tratan de aislar a Melgar de una realidad diametralmente opuesta
donde se encuentran los demás clubes de la Liga 1.
Lo que el
Dominó vive hoy no es casualidad, ni mucho menos un azar. En setiembre de 2014,
meses antes del Centenario (marzo 2015), la administración temporal de Melgar
presentó, en el salón VIP del Club Internacional, un plan estratégico
deportivo, institucional, administrativo y social con metas a mediano plazo (6
años, 2021).
Esa reunión la
presidió José Suárez, administrador temporal y representante del inversor Jader
Rizqallah, y el técnico Juan Reynoso.
Se lanzaron
objetivos deportivos concretos como un campeonato nacional (2015) y
participaciones en torneos internacional (Libertadores y Sudamericana). Y otro
más que esa noche Reynoso repetía continuamente: ser competitivos
internacionalmente.
La campaña en
la Libertadores de 2019 donde el equipo clasificó a la Fase de Grupos y luego
pasó a la Sudamericana, fue preámbulo de lo que hoy se está viviendo. Han
cambiado protagonistas (comando técnico y jugadores), pero este proyecto que se
inició en el 2014 está dando sus frutos.
En el 2020,
Melgar cayó en la segunda fase de la Sudamericana; en el 2021 tras superar la
primera fase clasificó a los grupos donde quedó segundo detrás de Bahía.
Para este 2022
consigue pasar también la primera fase y se ubica primero en su grupo superando
a Racing, uno de los actuales mejores equipos del torneo argentino; River de
Uruguay y Cuiába de Brasil.
Estos
resultados tienen una explicación. Desde el 2015 Melgar ha jugado 8 torneos
internacionales: 2015 Sudamericana, 2016 Libertadores, 2017 Libertadores, 2018
Libertadores, 2019 Libertadores y Sudamericana, 2020 Sudamericana, 2021
Sudamericana y 2022 Sudamericana. Es decir, es un club que tiene presencia
internacional constante y ha ganado jerarquía.
Para sonrisas
como las de esta noche, se han digerido varias derrotas. De los 0 puntos que se
consiguió en la Libertadores 2016 a los 16 que se sumaron hoy (primera fase y
fase de grupos).
Detrás de esas
victorias y derrotas existe el sostén de un club que cambió de cara cuando en
el 2012 se allanó al proceso concursal convocado por el gobierno para “salvar”
a clubes que tenían deudas con la Sunat.
Quedan lejanas
y olvidadas esas décadas donde el club era manejado por dirigentes. Resumiendo,
desde 1990 hasta el 2012, Melgar solo jugó un torneo internacional (Conmebol
1998). El único año que rozó la posibilidad sincera de campeonar fue en 1992
cuando el equipo que dirigía Bustamante viajó a la liguilla de Lima. Luego todo
fueron amagos, media tabla y un par de veces con miedo a descender, el último
susto fue en el 2011.
Desde la
transición de dirigencia a proceso concursal se notó la diferencia. Ese 2012 lo
inició Bustinza como presidente, en marzo se allana al proceso y en abril
Carrizales & Vidal Abogados asumen las riendas del club. Ese año logran la
clasificación a la Sudamericana de 2014.
Es el 2013
Rizqallah llega primero al club como prestamista y luego a inicios de 2014, fomentando
la creación de Inversiones FBC Melgar, asume los activos y pasivos de Melgar.
Su primer gran acierto fue traer a Juan Reynoso.
A partir de
ese momento deportivamente se sostiene en el tiempo un sistema de trabajo pese
a los cambios de entrenadores y jugadores.
Pero también
se han presentado movimientos quizá más importantes en otros ámbitos.
Administrativamente el alejamiento de Suárez Zanabria y la llegada de Ricardo Bettochi
en el 2019 fue traumática, así como el cambio de gerente deportivo. Llegó el
año pasado un excampeón de 2015, Edgar Villamarín; en reemplazo de Gustavo
Vivanco, quien fue junto a Reynoso el que inició la transformación del equipo
en el 2014.
Se han
producido cambios sustanciales dentro del organigrama de Melgar, pero la cabeza
siempre apuntó al mismo objetivo: ser protagonistas a nivel local e
internacional.
Si antes
Melgar se acostumbró a ser el mejor equipo provinciano, ahora lucha por ser el
mejor del Perú; que fue otro de los objetivos que se trazó en ese 2014. En ese
momento se vio lejano, utópico; pero ahora es palpable. Por lo pronto, el 2021 y
este 2022 Melgar es el mejor equipo peruano en torneos internacionales.
Aunque todos
los frutos que está cosechando Melgar actualmente son producto de un proceso, dentro
de éste el aporte del comando técnico de Néstor Lorenzo tiene mucho más mérito
de lo que se piensa.
Fue anunciado
como entrenador en diciembre de 2020. Lorenzo repetía un perfil que a muchos no
gustaba. Era su primera experiencia como entrenador. Esa condición no llamaba
la atención, recordemos que en el 2019 se contrató a Jorge Pautasso que, antes
de llegar a Arequipa, nunca había dirigido oficialmente, sino que su carrera
profesional la había realizado como asistente técnico del Tata Martino. Lo
mismo se repetía como Lorenzo, quien fue mano derecha de José Pekerman.
El mérito de
Lorenzo se resume en una palabra: exigencia. Les ha metido en la cabeza a sus
jugadores que hay que trabajar, que mezclando sacrificio, privaciones y más
trabajo se saca diferencia con el resto. Los resultados saltan a la vista: Primeros
en la Liga 1 y clasificados a octavos de final de la Copa Sudamericana.
A ello hay que
sumar el compromiso del plantel de jugadores donde escasean “figuras” y todos
están en el llano. Es un equipo donde todos suman esfuerzos y en la interna
nadie brilla más que nadie. Ese ambiente se refleja en el campo de juego.
Melgar está
cambiando de mentalidad. Lejos quedan esos “triunfos morales” o ese “merecimos”,
por cosas más concretas: resultados.
Y en
simultáneamente también se está consiguiendo otro objetivo, el social:
comprometer a Arequipa con su equipo, que cuando un arequipeño cruce sus
fronteras sea identificado con la camiseta rojinegra; ese es otro logro que
también se palpa cada vez que el equipo juega de visitante: siempre hay una
hincha melgariano en las graderías.
Todos esos
detalles reflejan lo que es Melgar actualmente, un club ajeno a la realidad del
fútbol peruano.
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