En los 110 años de
vida institucional de Melgar han vestido sus colores miles de futbolistas, pero
son pocos los que han marcado historia y aún son menos los que se convirtieron
en pilares. Uno de esos hombres fundamentales en la estructura de lo que es el
club ahora es Carlos Alfredo Villanueva, el sportman arequipeño o como muchos
lo recuerdan “el maestro del pueblo”.
Nació en Mollendo un 22 de noviembre de 1895 y falleció en la clínica Santa María la mañana del jueves 6 de abril de 1950, a pocos días de uno de los partidos más memorables que se ha jugado en el estadio Melgar: Fluminense (subcampeón de Brasil) 5-3 Selección de Arequipa (18 de abril).
Villanueva no solo se recuerda por haber
jugado en Melgar, sino por todo lo que hizo por el deporte arequipeño lo que le hizo ganar el apelativo de sportman: hombre deporte.
Práctico casi todas las disciplinas, fue
profesor escolar y universitario; es más fue el primer árbitro arequipeño de tinte
internacional: dirigió en el Sudamericano de Fútbol de 1935 que se disputó en
Lima.
Para escribir de Don Carlos Alfredo
sobra material. Es un personaje histórico de Arequipa.
Nació en Mollendo y se vino a vivir a
Arequipa. Estudió en el colegio Independencia Americana, luego viajó a Lima e
ingresó a la Escuela Militar de Chorrillos donde cursó estudios.
A su retorno a Arequipa con el grado de
Oficial en Educación Física. En 1922, cuando tenía 27 años de edad, ficha por
Melgar, el club de sus amores.
Aunque su deporte preferido fue el fútbol, practicó el atletismo, fue campeón nacional de boxeo y de esgrima, fundó varios clubes entre ellos el Mistiano.
Una década después, en 1932 se convierte
en su entrenador, además comienza su carrera magisterial por profesor de
educación física de la “I”.
Además de dirigir a Melgar también fue entrenador de Piérola, Aurora, la selección de Arequipa, Volante, Litoral de Bolivia, etc. Además fue árbitro de fútbol, atletismo, natación, box, básquet, etc.
Sus pergaminos deportivos son demasiados;
pero su principal labor fue el fomento del deportivismo en la comunidad
arequipeña. Su labor como profesor en la I y la Universidad Nacional de San
Agustín, favoreció a su labor de formador de deportistas.
Fue, además, redactor de El Deber, comentarista deportivo y se convirtió en uno de los principales promotores de la construcción del nuevo estadio Melgar que se inauguró en 1940.
Cuando lo muerte lo encontró era administrador de este recinto y entrenador de la selección mistiana. Dos años después, 1952, Alfredo Corzo Masías que era presidente del club develó un cuadro con la imagen del baluarte rojinegro como homenaje póstumo.
En 1975, al recordarse 25 años de su
deceso, el INRED decide cambiar el nombre del estadio Umacollo al de Carlos
Alfredo Villanueva en homenaje a este irremplazable personaje.
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