La Federación
Peruana de Fútbol fracasa en su intento de masificar la práctica del fútbol
femenino, específicamente en su objetivo de promocionar la Liga Femenina. Hoy
arrancó el campeonato en silencio y, si se puede decir, a ciegas porque no
consiguió que ni una empresa televisora se interesara en transmitir los
partidos.
Sin transmisión
se pierde la exposición que tanto busca la federación para hacer crecer el
interés público por el balompié femenino y lo que es más preocupante, espanta a
los potenciales auspiciadores que ni analizan la posibilidad de invertir en un
campeonato que nadie ve.
Pero aún hay
algo más preocupante. La FPF desde hace tres años se ha adueñado de los
derechos de transmisión visual, televisiva o virtual, de todos los campeonatos
que organiza, desde los campeonatos de menores hasta la Liga1 pasando por la
Liga Femenina, y prohíbe a los clubes que comercialicen individualmente sus
productos (Liga1,Liga2, Liga Femenina, etc.).
Entonces, cómo
un auspiciador puede apostar, en este caso, por un club de fútbol femenino, si
su marca no se va a exponer en medios. Es una inversión que se va al tacho.
Lo peor es que
la FPF, pese a no tener quién transmita el torneo femenil, impide a los clubes
que pasen en directo los partidos en sus medios oficiales. Es decir, atenta
contra los intereses comerciales de instituciones que necesitan ingresos de
esponsoría para sostener la participación de sus equipos.
Si lo hacen,
los multan; pero ahí no queda la cosa. También impiden que los clubes autoricen
entrevistar a los protagonistas de los partidos (jugadores/entrenadores) si no
cuentan con el flash interview (panel con los auspiciadores del campeonato).
Entonces, sin
poder transmitir los partidos, ni entrevistar cómo piensa la FPF que los medios
de comunicación pueden difundir el fútbol femenino.
El
año pasado y el 2023, las transmisiones de Nativa, dueña de los derechos, fue
un engaña muchachos. Se comprometieron a pasar todos los partidos e
incumplieron, hasta preferían transmitir torneos domésticos de futsal, que a
nadie interesaba, que la Liga Femenina.
Aún,
peor, no pagaron a la FPF por los derechos de transmisión, perjudicando
directamente el desarrollo del campeonato.
¿Qué
pueden hacer los clubes? En el papel nada, porque los multan si trasgreden la
norma. Serían las directamente perjudicadas, las jugadoras, las que deben
exigir a la FPF que cambie esa política de prohibiciones por una de exposición
que es lo que necesita el fútbol femenino para crecer.
Comentarios