Un robo arbitral, errores del DT, cuatro penales fallados... la noche donde no le salió nada a Melgar

La pelota entra, Alarcón se hace el loco y el línea le sigue. Los árbitros en una jugada le pasaron la cuenta de todo el año a Melgar.
Esta vez todo complotó contra Melgar. No solo fue exclusividad del árbitro, también - en la noche menos propicia del año - los yerros del técnico Hernán Torres se potenciaron y, por si fuera poco, a sus jugadores les quedó muy grande la responsabilidad de definir una clasificación en paneles. En resumen, todo explica el porqué hoy el dominó cerró su calendario 2018.
Pero no todo se limita a solo 90 minutos de juego, esa es solo la consecuencia de días previos, de rezagos que dejó el 3-3 en Matute del domingo último. El grupo terminó golpeado por dejarse empatar luego de ir ganando 3-0, pero lo que se vivió días después lo movieron más aún que esos tres tantos que Alianza les metió en 10 minutos.
Alarcón no rompió la tendencia. Antes del partido, había dirigido a Melgar en 6 ocasiones, nunca ganó el dominó.
Dos jugadores desafectados de la concentración. Uno, es el caso que se conoce, producto de un cruce de palabras entre el técnico Hernán Torres y el volante Jean Pierre Fuentes. Todo provocado por la falta de tino de un entrenador que tiene conceptos de manejo de grupo muy personal que anteriormente ya le había causado problemas con Ysrael Zúñiga, Hernán Rengifo y Diego Penny, al punto de que los dos primeros decidieron dejar el equipo.
Habla de códigos y no los respetó. Cuando todo se pensaba que se manejaría en la interna, como es normal en un grupo, alguien soltó la información y se hizo pública. Pero su gran error fue salir a aclarar un tema que en silencio se hubiera manejado mejor, lo peor es que lo hizo en un día que el mismo había solicitado no tener contacto con la prensa y eso también los jugadores analizan y valoran. Habló, dio sus explicaciones, y por la noche respondió el jugador. El circo se armó para beneplácito de Alianza Lima.
Casi en simultáneo se conoció que también Leonardo Mifflin fue retirado del equipo. El motivo es más alarmante. Que lo expectoren del equipo fue consentido por todo el grupo, ya no pertenece a Melgar.
Paralelamente, ya en la venta de entradas, las cosas tampoco pintaban bien. El partido de por sí no necesitaba promoción, pero expender las localidades por internet de un espectáculo de tamaña importancia fue un error. La demanda superó la capacidad de la respuesta online. 
También se resquebrajó la relación con algunos periodistas. Y es que Melgar perdona el pecado, pero no el escándalo. Como era lógico la prensa de Lima, que tiene bien aprendido su guión, comenzó a escarbar más de la pelea Torres - Fuentes. No solo buscaron a los protagonistas, sino a hombres de prensa. Medios como RPP y la Exitosa llamaron a los reporteros y estos por contar lo que estaba pasando en el plantel, fueron vetados como en las épocas cuando reinaba los caprichos e intereses de dirigentes. A algunos cordialmente se les prohibió ir al partido frente a Alianza.


La infantilada rojinegra le costará mucho. Alianza se quejará.
AMBIENTE CARGADO
Así llegó Melgar al partido con Alianza. El grupo ya no mataba por su técnico, lo único que los unía era campeonar, la gloria y el premio que les habían prometido. Esos tres factores los hizo fuertes, pero no esperaban que en su propia casa les metan la mano al bolsillo.
Joel Alarcón, que en los seis partidos que los dirigió este 2018 solo se empató y perdió, no era sinónimo de garantía. Los árbitros también tienen en la mira a Melgar. Sus repetitivas  quejas/pedidos de imparcialidad que se remontan al 2015, reclamar por el VAR, la solicitud de cambiar al Michael Espinoza, son cuentas que no se dejan pasar.
Torres y Salazar. Colombiano se volvió a equivocar y fue fundamental para la eliminación.
Ya desde el tema que habían ignorado el pedido de que se instale el videoarbitraje, pese a que Melgar asumía todos los gastos, era presumible que algo pasaría. Es más, llamó la atención que para estos play off que son de carácter definitorio no se programen árbitros asistentes auxiliares detrás de los arcos. Eso fue solo uno de los factores que viabilizó la eliminación dominó.
El partido era el esperado. Alianza y Melgar deportivamente se dieron de tú a tú. Ocasiones de gol en ambas porterías, errores también en los dos equipos, todo normal. El primer tiempo terminó 1-1.
Pero los problemas extradeportivos volvieron a hacerse presente en el entretiempo. Inocentemente Melgar ordena que mojen el área de Alianza Lima para que la pelota pique agresivamente y complique la labor de Butrón. Pero pensaron que estaban en Copa Perú y que nadie se daría cuenta.
Es más, en una muestra de ineptitud, envían a un utilero para que riegue el pasto. No pasó ni un minuto y salió toda la tropa del vestuario aliancista encabezados por el jefe de equipo Renzo Gayoso y el directivo Gustavo Zevallos. Al personal del comando técnico y de seguridad no le fue muy difícil intimidar al trabajador melgariano y arrastrar la manguera hasta la pista atlética de norte, la dejaron justo al frente del Comando Sur. Se armó una pequeña trifulca que no pasó a mayores, pero que no quedará en el olvido, porque Alianza pedirá una sanción a Melgar.
Gonzáles de lo mejor. Llegó muy tarde a Melgar. 
Se reinició el partido y el espectáculo era el mismo. Llega el 2-1 de Carmona, el estadio explotó. Melgar no bajó las revoluciones, empujaba más para liquidar el partido y llega la jugada más polémica del campeonato. Canchita Gonzáles arma un jugadón, saca un disparo seco y potente que choca en el travesaño y el balón pica dentro del arco. Alarcón que seguía la acción no marcó nada, se volteó y siguió corriendo; y su línea de oriente Michael Orué no se compró el problema, se hizo el loco y siguió como si nada hubiera pasado. 
Ese gol era el 3-1, quizá no te aseguraba el triunfo ni la clasificación, pero era un gol que se debía validar,  ni siquiera llamaba a la polémica. Pero, Alarcón no lo quiso hacer y colaboró para que un año de trabajo y la inversión que iba a recibir el club se vaya al tacho.
No le hizo falta sacar amarillas o una roja para maniatar a los rojinegros, con simplemente hacerse el que no vio el gol, malogró toda la noche. Así lo árbitros también manejan resultados.
Pero él no fue el único culpable directo, aunque todos, especialmente en Melgar, lo señalen como responsable. La noche tendría otro cómplice.
Hernán Torres desatinó nuevamente en sus cambios, aunque como explicó su asistente Carlos Salazar en la conferencia de prensa, sus intenciones eran hacer lo que no hizo en Matute. Es decir, querían cerrar el partido, pero lo que logró fue desarmar su equipo.
Saca a Sánchez y mete a Paolo Fuentes a los 72´. Solo en ese cambio le quito fútbol al mediocampo, luego ingresa Etchemaite totalmente fuera de fútbol por un lesionado Cuesta, y faltando dos minutos para el final hace ingresar a Biancucchi por Narváez. Se las jugó y como pasó en la ida, se volvió a equivocar.
Qué podía hacer más. Penny atajó uno, pero sus compañeros fallaron cuatro.
INCREÍBLE, CUATRO PENALES FALLADOS
Pero la injerencia de Torres en el eliminación no acaba ahí. Luego del pitazo final se iniciaron los penales. Envió, porque él como técnico toma las decisiones, a los menos escogibles  que lamentablemente tampoco estuvieron a la altura ni tuvieron la categoría para anotar un gol y, para colmo, tuvieron la suerte de espaldas
Etchemaite al palo, Biancucchi lanza, el portero desvía y se va al palo, Míguez desviado y Arce falla, tapa Leao. Cuatro disparos y ni un gol, así no se puede llegar a la final. Alianza anotó dos de sus tres tiros, uno atajó Penny.
Luego del partido vinieron las recriminaciones en vestuario. Torres sentado a un costado con su comando técnico, Jader Rizqallah reclamando e insultando en la puerta del vestuario de los árbitros, la conferencia de prensa accidentada provocando de Bengoechea (DT Alianza) no la brinde con tranquilidad porque alguna gente con credencial de periodista que dio el club comenzó a hostigarlo.
Cuatro jugadores declarando al paso, otros saliendo llorando, Torres no fue a la conferencia y envió a su asistente, pelea de prensa con los hombres de seguridad que puso el club. En fin el colofón típico de noches como las de jueves, más negras que el uniforme de los árbitros.

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