El historiados tacneño
Jorge Basadre (1903 – 1980) consigna en su libro Historia de la República del
Perú 1822- 1933, que el primer partido de fútbol que se disputó en Perú fue el
2 de agosto de 1892 en el campo Santa Sofía de propiedad del club Lima Cricket
(fundado en 1859) que era una institución formada por residentes ingleses en la
capital.
“Football, el domingo 7 de
agosto se verificará un desafío de football entre limeños y chalacos en Santa
Sofía, Lima, organizado por los señores Larrañaga y Foulkes, principiando a las
3 de la tarde”, es el aviso que salió publicado en tres diarios limeños: El
Nacional, El Callao y La Opinión Nacional.
Los equipos estaban
integrados por residentes ingleses en Lima y aunque no se consigna el resultado
final, se señala en la tesis profesional Difusión del Fútbol en Lima (UNMSM,
2001) que terminaron empatados a un gol por lado, que los equipos no estuvieron
completos. Pero desde cuándo se juega fútbol en el Perú.
Basadre consigna ese
anuncio periodístico como el punto de partida de la difusión pública de la
incursión de un nuevo deporte en el país. Así como en julio de 1904 en El
Pueblo y El Deber de Arequipa publicaban por primera vez la realización de un
encuentro de fútbol en la Ciudad Blanca, definir una fecha exacta de cuándo se
inicia la práctica del balompié es casi imposible.
Todos coinciden que el
fútbol vino por mar con ingleses que deseaban conocer y explotar tierras
prósperas. La inmigración británica comienza a inicios de 1800, es más muchos
tomaron parte de la guerra de la independencia y fueron fundamentales en la
creación de la república. Ellos fueron los que introdujeron el fútbol
rudimentario al Perú.
En 1829 llega el primer
buque a vapor A Huarmey, El Telica de bandera colombiana, pero el primero que
llega al Callao fue el Perú en 1840. Con este nuevo medio de transporte, más
rápido, muchos ingleses arribaron a nuestras tierras, la mayoría como mano de
obra.
Aunque, como ratificamos,
no existe nadie que pueda señalar con exactitud desde cuándo el fútbol, existen
escritos como el del poeta José Gálvez Barrenechea (1885 – 1957) que señalan
que los primeros partidos de fútbol se disputaron en 1870, antes de la Guerra
con Chile. Es más apunta que el promotor de esos encuentros fue Alejandro
Garland (1852 – 1912), quien a su regreso de Europa, organizó estos match en
una explanada cerca de donde ahora se ubica el Palacio de Justicia.
Lo que los historiadores
coinciden que además de los británicos radicados en Perú, los primeros en
practicar el football fueron los jóvenes de clase alta que viajaron a Europa a
estudiar y que a su retorno trajeron el fútbol.
Fue durante la Guerra del
Pacífico (1879 – 1883) que muchas actividades deportistas como el fútbol,
tenis, el criquet o la hípica que se practicaban en Lima, fueron suspendidas
por razones obvias.
Luego del conflicto con
Chile, las actividades poco a poco se iban normalizando, entre ellas el deporte
y por ende el fútbol. Como señalamos en el primer párrafo fue en 1892 cuando se
anuncia el primer partido de fútbol. No fue hasta 1894 cuando se publica otra
información sobre otro compromiso de fútbol entre limeños y chalacos.
En 1895 se registra el
primer partido internacional entre peruanos y residentes ingleses. Fue ante 3
mil personas y un resultado abultado:_ 5-0 a favor de los visitantes.
Galvez refleja en este
texto el ambiente que se vivía en esos años: “… al principio llamaban mucho la
atención los que se dedicaban a esas distracciones. Casi no practicaban los deportes sino los que
habían estado en Europa, que no eran muchos y, que dicho sea de paso, eran
mirados con mucha curiosidad, como si trajeran una muestra reveladora del otro
mundo en sus rostros y maneras. Poco a poco… fueron atrayendo a los jóvenes
peruanos, permitiendo que algunos colegios se ejercitaran en sus campos,
introdujeron el football y el amor a la vida al aire libre. Algo sufrieron. Los
mataperros de esos días y muy especialmente los cometeros que frecuentaban las
chacharitas y miraban esos juegos extraños, urdieron a costa de los gringos no
pocas diabluras. Pero lentamente fueron ganados por la armoniosa belleza de los
ejercicios. El cronista recuerda que una vez se hizo la vaca para ir a Santa
Sofía y hasta ahora no se ha borrado de su memoria la rara impresión que le
produjeron esos señores colorados y rubios que en camiseta y pantalón corto
pateaban sin conmiseración una pobre
pelota de cuero. Recuerda también que de regreso a su casa, hizo una pelota de
trapo y sintió la terrible voluptuosidad de romper varios vidrios… su primer goal
fue una lámpara…”, (Nuestra Pequeña Historia, José Gálvez, 1966).
Comentarios