Ysrael Zúñiga ha encontrado en Juan Aurich y en Chiclayo su norte que se puede diseccionado en tres ámbitos: deportivo, económico y familiar. Llegó a un club que juega la Copa Sudamericana y por el plantel que ha conformado apunta al campeonato nacional. Firmó un buen contrato que le puede dar mayor tranquilidad a sus arcas y quizá lo más importante encontró la felicidad que hace tiempo buscaba. “A mi familia siempre la he mantenido al margen”, ratifica el ariete camanejo. No le falta razón porque es lo más sagrado que tiene y ahora más que nunca ya que será padre de trillizos. La estirpe de goleador es en todas las canchas.
-Llegaste al Aurich y por lo que se nota has encajado rápido en el grupo
"Gracias a Dios me están llendo las cosas bien. El grupo y la gente me han recibido bien, no me puedo quejar".
-¿Cómo saliste de Melgar?
"Bien, la verdad me fui bien del club. Llego una propuesta interesante para ellos (dirigentes) y me fui. Agradecido a la gente de Arequipa por su apoyo. Siento un cariño especial a la camiseta de Melgar. Ojalá que más adelante se pueda dar mi regreso a Melgar, más que todo para terminar mi carrera allá".
-Coincidentemente siempre dejas algo a Melgar, primero fue cuando fuiste a Coventry que pagó más de un millón de dólares por tu pase y ahora Aurich que dejó algo más de 100 mil dólares
"Sin hablar mal o dármela de otra cosa, creo que soy el único jugador que ha pasado por Melgar y ha dejado dinero al club. Lamentablemente muy poco tiempo pase en el club, algo de tres años en varios periodos; pero hay gente que lo reconoce y otra que no. Yo me siento tranquilo porque siempre me di íntegro".
-Dejaste en Melgar a varios chicos jóvenes como Aubert, Valdez, Zambrano…
"Si, con ellos converso a veces y les deseo que les vaya bien. Como en el fútbol el mundo da vueltas, sé que un día nos volveremos a encontrar para jugar nuevamente juntos".
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