Hinchas de Melgar que dejaron mucho más que la garganta en la tribuna


Serapio Barra Barra tenía 72 años cuando un gol del equipo de sus amores casi le cuesta la vida. El domingo 4 de setiembre de 1966 uno de los socios fundadores, dirigente y, autodenominado, hincha número uno de Melgar rozó la muerte.

Aquella tarde como lo hacía desde hace décadas se sentó en el sector de butacas del estadio Melgar. El Dominó recibía a Sucre y las ansias por verlo jugar lo mantenían inquieto.

Gol de penal de Ávila provocó que el corazón de Barra se doblegue.

Melgar cumplía un buen papel en el primer campeonato Descentralizado de 1966 al que fue invitado por ser el vigente bicampeón del fútbol arequipeño. Había debutado ganando 1-0 a Defensor Lima en Lima, luego en casa derrotó 4-0 a Carlos Concha, y por la tercera fecha perdió ante Defensor Arica por la mínima diferencia en Lima.

La cuarta fecha lo mantenía en el pelotón que luchaba los primeros puestos. Ese equipo rojinegro se medía de tú a tú con rivales a los antes solo enfrentaba en amistosos y conocía por las crónicas periodísticas que publicaban periódicos como El Deber o El Pueblo.

Don Serapio es socorrido luego del paro cardiaco. Días después se enteró que su equipo había goleado al Sucre.

En ese 1966 Melgar despertó el inusitado interés en una tradicionalista afición arequipeña que a partir de ese año lo colocaba a la altura de clubes llamados “grandes del balompié mistiano” como el Victoria del Huayco, White Star, Aurora, Independencia, etc.



Don Serapio, nacido en 1894, experimentó la evolución del fútbol en Arequipa. Desde sus albores en el canchón de Santa Marta hasta los partidos en el nuevo estadio Melgar. Se hizo hincha de Melgar, lo vio nacer, fue fundador, vivió esos difíciles primeros años donde el club luchaba por no desaparecer como tantos otros equipos que tuvieron corta vida, y presenció desde la tribuna como pasó de ser un equipo chico a convertirse en el amo del fútbol arequipeño logrando el bicampeonato (1964-1965). Ahora lo veía en la elite del fútbol peruano codeándose con “elevens” a los que solo conocía por crónicas periodísticas.

Esa tarde dominical tanta emoción contenida le jugó una mala pasada. El rival de turno era el Mariscal Sucre, que era el vigente campeón de la Segunda División y por ende había logrado su ascenso al Descentralizado. Melgar rápidamente hizo suyo el partido. A las 12’ el Patato Márquez puso el 1-0. Dos minutos después el juez Rivera cobra un penal a favor de los mistianos por una mano dentro del área del defensa Silva.

Fue el recordado Eduardo Ávila quien se puso frente al balón. Tiró tan fuerte que hizo inútil la estirada del portero Joel Gonzáles. Los más de 10 mil espectadores que colmaron las graderías del Melgar explotaron de alegría, daban vivas, coreaban “Melgar, Melgar”; pero en la butaca Don Serapio se quedó quieto, sintió un dolor muy fuerte, no gritó, se agarró el pecho y se desvaneció. Su corazón no soportó.

Sus amigos lo socorrieron y en ambulancia lo trasladaron al hospital General en la avenida La Pampilla. No solo tuvo un paro cardiaco sino también un Traumatismo Encéfalo Craneano (TEC) de consideración por un golpe en la cabeza al desplomarse. Su estado era delicado.

Primer jefe de barra de Melgar, Alfredo Carreón. Era hincha de Piérola.


Melgar terminó esa tarde ganando 5-1, los otros tres tantos los convirtieron Palacios y Ruiz (2). Barra se enteró del resultado días después, cuando recuperó la conciencia.

Don Serapio socio, dirigente e hincha fundador de Melgar, había jugado fútbol, pero no en Melgar. Su labor fue más dirigencial. Fue fundador del Consejo Divisional del distrito de Miraflores, donde era muy querido. Padre de 7 hijos, entre ellos Pedro Barra recordado exjugador del Independiente Miraflores, Melgar y Sportivo Huracán.

El 1 de octubre de 1970 pierde la vida creando un gran dolor en toda la afición mistiana. Tan importante fue para el balompié miraflorino que los vecinos, dirigentes y futbolistas pidieron que el estadio Los Palitos que fue fundado un 8 de diciembre de 1966 lleve su nombre.

Meses después de su deceso, en su homenaje, el estadio Los Palitos fue rebautizado como estadio Serapio Barra “Los Palitos”.



Don Serapio es uno de los hinchas históricos de Melgar, fue dirigente y ayudó a su club a ganarse un nombre en Arequipa, pero nunca defendió sus colores.

Pero hay otros que sí lo hicieron y entraron a la historia. Eduardo Valencia Jiménez jugó por Melgar en las décadas del 40`y 50`. Tan identificado fue con el club que se hizo dirigente, y también amagó ser periodista junto a su hermano Moisés en el año 1955 cuando comentaban en el programa radial Tribunal Deportivo que tenía como director a uno de los mejores periodistas deportivos de Arequipa, Tirso Borja Vizcarra.

Don Eduardo tuvo una participación muy activa en Melgar. En el título de 1971, cuando lograron el título de la Copa Perú, era dirigente y ojo con esto, cuando el equipo ganó el Descentralizado de 1981, era el presidente. Se le recuerda con mucho cariño. Era un profesor amable, querido, respetado, y muy influente, con mucha gestión a nivel empresarial, especialmente ante los bancos. Sin ser un mecenas llevó a su Melgar a conseguir su primera estrella en su escudo.

Otro caso interesante fue el de Alfredo Carreón el primer jefe de barra de Melgar. Este robusto expugilista no era hincha de Melgar, su corazón pertenecía al Piérola. Pese a ello aceptó el reto de dirigir la primera barra arequipeña: Arriba Melgar, cuando se incursionó en el Descentralizado de 1966.

Don Eduardo Valencia, en su faceta de comentarista deportivo.


PISTOLITA

Si a algún hincha de Melgar le preguntan quién es Luis Enrique Butrón Espinoza, pocos darán razón. Ese es el verdadero nombre de un enamorado del rojinegro: Pistolita Butrón. Una bombarda le estalló en la mano izquierda en pleno partido con Ugarte de Puno, un 10 de enero de 1982, días antes de ganar el Descentralizado de 1981.


Ya en las postrimerías del campeonato el sueño de ganar el torneo profesional se había convertido en una obsesión. Cada partido era una final y el duelo con Ugarte lo era. Los ugartinos se pusieron en ventaja con tanto de Gonzáles cuando terminaba el primer tiempo.

Se respiraba tensión en la cancha y en la tribuna. El gol de empate de Ángel Gutiérrez provocó euforia en las cuatro tribunas de un repleto estadio Melgar. Butrón como tenía acostumbrado reventó una bombarda en la tribuna sur.

Butrón (camisa roja) participó activamente en los actos conmemorativos por los cien años del club.


Todo era alegría, pero la tragedia rondaba a su alrededor. Tras el gol se dirigió, como lo había hecho a lo largo de torneo, al vestuario de los árbitros ubicado al suroeste del estadio para conseguir más pólvora y una nueva bombarda. Cuando estaba de regreso a la tribuna sur, una chispa del cigarro que estaba fumando encendió la pólvora.

Se sintió una fuerte explosión que calló el estadio. De inmediato gritos, desconcierto en la cancha. Efectivos de la Guardia Civil lo socorrieron tenía toda la mano izquierda destrozada. Fue llevado al hospital General donde fue intervenido de urgencia.

Fotos del accidente publicadas en El Pueblo.

El partido continúo y Melgar ganó con gol de penal en el último minuto del partido de Genaro Neyra. Así los rojinegros se adueñaron del liderato del campeonato.

Butrón en ese entonces tenía 23 años y era estudiante universitario. Actualmente es profesor de Educación Física en el colegio Arequipa.

Ese hecho lo convirtió en un hincha respetado entre los rojinegros. Es más, su labor no quedó en la tribuna. En el 2015 integró el colectivo Asociación por el Centenario Rojinegro que organizó una serie de actividades por los 100 años de Melgar, entre ellas el impresionante pasacalle.

El 2 de abril de 1992 falleció un hincha histórico de Melgar. Víctor Estremadoyro, Nectarín, perdió la vida de un tercer paro cardiaco, el primero de ellos lo tuvo en la tribuna sur del estadio Melgar cuando miraba al equipo de sus amores.

Colorado, por eso de su chapa Nectarín, fue fundador y presidente de la barra Melgariana, que luego pasó a llamarse León del Sur.

Nectarín (camiseta rojinegra).




JUGADOR Y ENTRENADOR

Carlos A. Villanueva.


Muchos son los casos de jugadores que luego pasaron a ser entrenadores en Melgar. Uno de los primeros en hacerlo fue Don Carlos Alfredo Villanueva, el sportman de Arequipa. Futbolista, atleta, boxeador, árbitro, entrenador, etcétera, un todo terreno. Mollendino de nacimiento fue uno de los jugadores más destacados de Melgar en los años 30’ y 40’ del siglo pasado. También lo dirigió y hasta tuvo a su cargo a la selección de Arequipa.

Otro caso singular fue el del brasileño Gilberto Do Santos, que era jugador-entrenador en el Descentralizado de 1966.  Walter Milera, un recio zaguero nacido en el Callao, llegó a finales de los años 60’ para jugar la Copa Perú por Melgar, luego se convirtió en su entrenador y ganó la Copa Perú de 1971.

Hay más ejemplos de futbolistas que jugaron y dirigieron a Melgar: Luis Ponce Arroé, Armando Palacios, Elard Delgado, Fredy Bustamante, Jorge Ramírez, Luis Flores, Gustavo Bobadilla (PAR), Marco Valencia y Karlo Calcina.

En damas también hay un caso. Lucy Rodríguez jugó por Melgar en el 2000. Retornó al club luego de 22 años y ganó, esta vez como entrenadora, la Copa Perú Femenina. Actualmente es coordinara del fútbol femenino del club.

 

 

 

 

 

Comentarios