Melgar como cualquier institución centenaria es rica en
historias muchas de ellas ancladas en el olvido y en algunos casos
desconocidas. Aquí le pasamos a contar un par que muy pocos conocen.
Es 7 de mayo de 1971. Al día siguiente el plantel rojinegro se aprestaba a
escribir una de sus páginas más brillantes de su historia deportiva. Los
jugadores de ese plantel lo sabían, entonces no podían ni debían desaprovechar
esa oportunidad de volver al fútbol profesional ganando la Copa Perú.
El Dominó desde que participó como invitado con el Descentralizado 1966 se
quedó con una herida por su descenso abusivo.
Desde que bajó la idea de volver al fútbol profesional fue una obsesión. En
1967 quedaron cuartos en la finalísima de la Copa Perú, en 1968 terminaron
quintos, en 1969 subcampeones y en 1970 también subcampeones. 1971 era el año.
El héroe de ese gran plantel lleno de cracks fue Luis Ponce Arroé. En su
memoria está ese 7 de mayo. “Nos reunimos todos y quedamos hacer una chanchita
para comprar galletas, inyecciones, rehidratantes, porque teníamos que llegar
bien alimentados a ese partido. Yo di lo que tenía en el bolsillo que era 50
soles, todos dimos lo que teníamos”.
¿Qué pasaba en tienda dominó? No había dinero. Los jugadores estaban impagos
dos y hasta tres meses en algunos casos. Era un desconcierto total. Pero lo
peor pasaría después.
Un día después, empataron 1-1 con CNI con su gol. El equipo vivía una felicidad
efímera, eran los mejores del Perú, pero lo celebraban franciscanamente. Cuando
retornan a Arequipa en un vuelo comercial de Faucett, sus compañeros le
pidieron que baje del avión con la Copa Perú, así lo hizo. “Cuando ya estuve
abajo había un mar de gente, yo me hice a un lado, salí por otro lugar, agarré
mi auto y me fui a mi casa. No estuve en las celebraciones en la Plaza de
Armas”.
Si a los campeones de 1981 les dieron una radio a pilas como premio, los de 1971
tuvieron un peor trato, no recibieron ni un diploma. “El club estaba quebrado,
no tenían dinero, eso nos decían”, señala.
A los días siguientes escucha por Radio Arequipa que la dirigencia estaba
organizando una campaña para recaudar fondos para armar el equipo que en dos
semanas debía afrontar el Descentralizado. No había tiempo para descansar y la
directiva que encabezaba Javier Chirinos Stein decide poner en subasta la ropa
deportiva de los campeones de 1971.
“Nos pidieron las camisetas, pantalones cortos y los chuzos (zapatos de
fútbol), las medias felizmente no nos quitaron. No nos quedamos con nada, todo
lo pusieron en la venta para solventar la campaña”.
Aún hay más. Vino Defensor Lima y le ofreció 350 mil soles para ficharlo. En
ese equipo militaban Chumpitaz, Oblitas, Pedrito Ruiz, etc. “Antes no era que
terminaba tu contrato y te ibas, sino que tenías que pedir que te entreguen tu
carta pase. Fui donde Melgar y les dije la propuesta que me había hecho
Defensor Lima, me respondieron que no había problemas y que igualaban la
oferta, por eso me quede”.
Le dieron un primer cheque de pago de 100 mil soles. “Le dije a mi mamá,
cómprate tu casa con este dinero”, recuerda y se le entrecorta la voz pese a
que ha pasado de eso ya cerca de 50 años.
Cuando su madre va al Banco de Crédito le dicen que el cheque no tenía fondos.
“Fui a reclamar, me dijeron que no tenían dinero. No podía hacer nada, porque
ya había comenzado el campeonato y yo ya había jugado por Melgar”.
Lo que pasó luego es increíble. Melgar no le pagó ni un sol de esos 350 mil
soles. Es más, algunos dirigentes confabularon una bronca con un compañero de
equipo para multarlo con 350 mil soles. Todo – asegura – fue armado, pero esa
historia la contaremos luego.
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