La “pinchanga” tenía sabor a revancha y es por eso que se jugó con todo. Hubo pierna por momentos fuerte, por otros simplemente la fuerza pasó a ser una broma. Y aunque ganaron los “rojos” la apuesta, un almuerzo; el gran triunfador fue el grupo en sí.
“El grupo está fuerte, hay buen ánimo y eso lo pueden notar todos”, reflexiona el camanejo Christian Zúñiga.
La definición fue en penales tras un 1-1 en tiempo “oficial” que controló el improvisado juez, Wilmar Valencia. En el pórtico se cuadró Renzo Reaños y Antonio Meza Cuadra, ambos demostraron condiciones innatas para el arco.
En el tiro de los “doce pasos” que terminó 10-9, pesó más, como es lógico, la experiencia y la maña.
Ese es el ambiente actual que se respira en Melgar.
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