Esta semana estuvo en Arequipa, Luis Linares, miembro del directorio de la Federación Peruana de Vóley, que comprobó irregularidades en la transferencia de jugadoras provocadas, en dos casos puntuales, en la Liga de Vóley de Bustamante y Rivero y en el club Alas Peruanas.
Aunque el tema parecería simple, tiene un fondo que desnuda el manejo de dirigentes que se sienten dueños de sus deportistas y hasta se sienten con derecho de truncar su carrera deportiva.
Hay dos casos, coincidentemente se presentan en el club Alas Peruanas de la Liga de Bustamante y Rivero. Las perjudicadas son O.Z. y J. P., a las que se les negó ser transferidas a otros clubes pese a que contaban con la autorización de su club pero no contaron con el visto bueno de la liga.
Hay dos casos, coincidentemente se presentan en el club Alas Peruanas de la Liga de Bustamante y Rivero. Las perjudicadas son O.Z. y J. P., a las que se les negó ser transferidas a otros clubes pese a que contaban con la autorización de su club pero no contaron con el visto bueno de la liga.
El problema es complicado, comenta el presidente de la Liga Provincial de Vóley de Arequipa, Alberto Bejar Vílchez, quien, apegándose al reglamento, se ha enfrentado hasta al mismo tesorero de la FPV, Leandro Cano Vera, quien ha sido secretario del club Alas Peruanas y presidente de la Liga de Bustamante y Rivero.
“No entiendo por qué quieren truncar la carrera deportiva de las niñas. Algo está mal”, comenta el directivo. Fue él quien denunció estos casos ante la Federación pese a que recibió amenazas de una posible sanción a nivel de la misma FPV.
“Lo único que hemos hecho es actuar con reglamento. Ambas chicas tenían la carta pase de su club para ser transferidas a otras instituciones; pero la Liga desconocía ese documento y durante mucho tiempo les negó la posibilidad de que sigan jugando”, explica.
Tuvo que ser él quien usando sus facultades de ente superior, Liga Provincial, aprobó la transferencia de ambas. Esto provocó la queja de la Liga bustamantina ante la Federación que denunció la transferencia por "irregular".
Entonces la FPV pidió a ambas partes la documentación del caso. Lamentablemente todos los documentos que envió la Provincial no llegaron a la Federación.
“Se está siguiendo la misma tónica que la del fútbol. Los clubes creen que son dueños de las deportistas y las quieren retener a toda costa”, continúa Bejar.
Aunque las diferencias son marcadas con el mercado que se maneja en el balompié, en el vóley también algunos dirigentes ven en sus jugadoras una forma simple de captar dinero.
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