Selecciones trasandinas piensan reforzarse para los Judejut


En mayo se realizarán los XIV Juegos Trasandinos y las selecciones peruanas (Cusco, Puno, Moquegua, Tacna y Arequipa) quieren hacer respetar la localía, aunque para ello trasgredan el reglamento trasandino.
Y es que se estudia la posibilidad de “reforzarse” con atletas de otros departamentos y/o regionales para repotenciar a sus equipos, lo que atenta directamente con las bases que estipulan que solo podrán competir deportistas oriundos de la zona a la que representan o que tengan por lo menos dos años radicando en la respectiva jurisdicción.
El Instituto Peruano del Deporte ve la forma como sacar la vuelta a esa disposición creando “regiones trasandinas” (Moquegua – Ayacucho, Cusco – Abancay o Puno – Madre de Dios) que permitirían el refuerzo incontrolable de deportistas.
Se justificaría la medida en “dar la oportunidad a deportistas de otras ciudades para que compitan a nivel internacional y representen a Perú”. Pero aparece una disyuntiva que es el espíritu de los Juegos: masificar, promocionar y dar la oportunidad de competir a los deportistas de la región.
¿En cuándo a ayuda los Trasandinos al desarrollo del deporte en el Sur?, al parecer no mucho. Han pasado trece ediciones y  se han cumplido tres ciclos olímpicos (4 años cada uno), y, esa idea de reforzarse refleja que no se ha conseguido el objetivo de masificar la práctica del deporte creando un universo mayor de deportistas ni se han “fabricado” atletas de resonancia nacional e internacional.
Habría que preguntarse si hay que replantear el trabajo del IPD y también el de las ligas deportivas que han tenido en los Trasandinos a su gran aliado para mejorar su producción de resultados.
El problema no se focaliza necesariamente solo Arequipa, sino en Cusco, Puno, Tacna y hasta en la novel Moquegua. Se deberían preguntar en cuánto han aprovechado los Judejut.

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