Retornó
a Melgar para su consolidación final. Jesús Arismendi a sus 28 años es un
jugador hecho y derecho, pero aspira más, quiere selección nacional, sueña con
jugar en el extranjero y Melgar le abre esas posibilidades.
“Madurez”
lo resume en cuerpo entero. “El objetivo es claro”, señala. “Llegas al equipo
campeón, que tiene metas grandes y para lograrlas hay que prepararse bien,
trabajar bien, queremos el bicampeonato y lograr triunfos en la Libertadores”.
La
selección también le quita el sueño. “Uno siempre sueña con eso y también con
emigrar. Todo dependerá de mi esfuerzo y del trabajo que hagamos como equipo”.
Sus
dos primeros días de entrenamiento le dejan una sensación positiva sobre el
grupo que se ha armado: “Nos vamos conociendo de a pocos. Ya el fin de semana
nos toca concentrar y se viene lo duro, lo fuerte de la pretemporada”.
Junto
a él llegaron piezas que tendrán que encajar a la perfección en un equipo que
desde hace dos años mantiene una política de trabajo que le ha dado un sello
futbolístico distintivo.
“Melgar
es un equipo que de local y de visitante juega a lo mismo, que complica, que es
muy sólido, por algo salió campeón nacional”, argumentó.
El
ímpetu de juventud en sus pininos con la dominó, allá por el 2005, no los ha
perdido. A ello hay que sumar que ha ganado kilometraje en experiencia. En su
haber tiene dos Sudamericanas y eso será importante para afrontar la
Libertadores.
Comentarios