Nadie terminó contento, Melgar 1-1 Binacional

Carmona a la carga sobre Reyes, así fue todo el partido. Foto Click.
Pocas veces se ve un partido tan marcado por las diferencias como el que se vio esta noche en el Monumental Arequipa. Melgar avasallando, atacando, sometiendo todo el partido,  Binacional hizo todo lo contrario, literalmente se metió bajo su arco. Encontró un gol que le cayó del cielo y lo defendió heroicamente hasta que no pudo aguantar más. Al final ni uno ni otro logró lo que quería y terminaron empatando un partido injusto para ambos.

Dos equipos diametralmente opuestos. Melgar con jerarquía ganada en el último quinquenio que se plasmó en un equipo enseñorado, pero incapaz de reflejarlo en el marcador. Hizo todo lo posible para ganar y no pudo, a duras penas empató. Y no es exagerar, impotencia y desazón es lo que reflejaba el rostro de Cuesta cada vez que un ataque terminaba en las manos de Sotillo o en un tiro de esquina.
Fue un rival atípico para los rojinegros. No estaban preparados para meterse con un equipo que literalmente renunció al ataque, le regaló la pelota y la cancha. La línea de defensa jugaba en el mediocampo y sino fuera porque siempre hay que tener recaudo, hasta el al portero Campos  lo hubieran mandado al área del Poderoso del Sur para que se sume al ataque.
Así Binacional celebró el gol de Ferreira.
Arce se puso al equipo al hombro, cuando no habilitó, tiró al arco desde cualquier posición, Cuesta nuevamente se alejó del área para recoger el balón metros atrpas y llevarlo adelante, Tejeda y Carmona metiendo, luchando y sacando centros que se difuminaban en los despejes de Laura, Balta, Reyes o Fajardo.
Todo Melgar metido en casa de Binacional. Centros, remates, paredes, fueron 90 minutos donde demostraron con plena libertad todas sus armas ofensivas, frente a un rival que tuvo a su portero como figura excluyente y a todo un equipo que no sabía nada más que defender.
Si antes del gol Ferreira (11´), el planteamiento de Luis Flores giraba alrededor de la palabra cautela, después fue cuidar ese tanto a como de lugar. El Poderoso se mostró muy inferior a las once camisetas rojinegras que lo tenían contra la pared, pero se las ingenió para desesperarlos.
Figuras como su arquero, sus cuatro defensas, Angeles, Canaza, Rojas, todos, hasta el mismo Ferreira de la forma más rústica posible defendieron la ventaja. Algún amague por ahí para el contragolpe, pero nada más que eso, solo intención. 
Sabían que tendrían los 80 minutos restantes a un Melgar herido y prepotente con la pelota en los pies, pero nunca se la quitaron, solo la recuperaron para dos o tres pases y luego botarla arriba, sacarla de su área para conseguir desesperar al rival y lo consiguieron.
Pero defender a ultranza 80 minutos es mucho, más aún para un equipo que recién va encontrando su norte. Los ingresos de Vila en el complemento y el de Rodríguez trataron de desintoxicar la cancha, pero luchar contra defensas como Fuentes que cada partido se consolida más, es muy complicado. Cuatro contra uno es dar mucha ventaja en una batalla donde la estrategia y el orden pasaron a un segundo plano para priorizar el fútbol más primitivo posible, tirar el balón lejos del área.
Pero Binacional no aprende las lecciones. Hace unos días, Sport Huancayo le empató un partido que estaba ganado, usando una simple fórmula, centro al segundo palo. Melgar en las postrimerías del partido recordó eso y comenzó a aplicarlo. A los 80´ Carmona lanza un centro que encuentra al ingresado Villamarín, se eleva sobre la humanidad de Balta para colocar el 1-1.
Los últimos 10 minutos fueron interminables para Binacional con un Melgar respirando en su nuca para romper el empate, pero el marcador no se movió más.
Nadie quedó contento. Para Melgar muy poco para tanta superioridad y Binacional tan poco para un esfuerzo descomunal defensivo. Así es el fútbol, a veces es injusto.

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