Melgar y el plan que tiene para sus menores


A Melgar lo han colocado como el modelo a seguir en el fútbol peruano. Sólido deportiva e institucionalmente, el club que hace una década dejó de ser regido por dirigentes y pasó a manos de administradores temporales, tiene una visión que cruza los límites nacionales.

Edgar Villamarín es parte importante de este proceso. Formó parte como jugador del 2014 al 2017, fue campeón nacional 2015 y subcampeón nacional 2016, y desde enero de 2021 es el gerente deportivo.

“Desde que llegó Jader (Rizqallah, inversor) al club siempre se trató de hacer las cosas bien. Se experimentó un crecimiento muy grande, la visión del club es hacer las cosas bien no para sacar provecho sino para hacer crecer el fútbol peruano”.

Todos coinciden que el éxito de Melgar no es casualidad sino el resultado de un trabajo que perdura en el tiempo. “Cuando regresé al club me di cuenta que el trabajo se afianzó, se mejoró en muchas cosas y se corrigieron otras”.

El éxito no solo se mide con los resultados del fin de semana, la visión de Melgar va más allá. “Todos se preguntan qué hacer para mejorar el fútbol peruano, todos saben cuál es el problema, pero no saben cuál es la solución. Melgar es la migaja de pan que hace las cosas diferentes al resto, que trata de mejorar en un formato de competencia malo. No es fácil lograrlo, pero lo estamos intentando”.

Los resultados que hoy todos halagan son solo la parte visible de un engranaje que tiene como piñón fundamental a las divisiones menores.

“Los menores son la base de todo”, sentencia.

El fútbol actual obliga a los clubes a pensar empresarialmente. Un club es un producto que debe ser atractivo para que renda frutos económicos que se reviertan en el mismo club y de esta forma potenciar sus áreas administrativas y deportivas. En ese proceso la formación de futbolistas es fundamental.

“No se puede vivir solo del espónsor, el dinero de las transmisiones de televisión o del dirigente, hay que pensar en otras alternativas, en la industria de formación de jugadores que puedan ser vendidos al extranjero. La idea es formar chicos que se identifiquen con el club a los que se les brinde una formación deportiva y personal para ayudarlos a lograr sus objetivos”.

En este punto específico nace un problema, infraestructura deportiva. “Cuando era jugador era un dolor de cabeza trasladarse a las canchas de entrenamiento, siempre se cambiaba. Ahora que estoy en la gerencia el problema persiste y eso que nosotros las alquilamos, es muy difícil encontrar canchas para entrenar para todos los equipos que tenemos (profesional, reserva, menores y femenino)”.

De no mediar inconvenientes, asegura, el próximo año se hará realidad un proyecto soñado: el campo propio. Hay un terreno en Mollebaya de propiedad del club que será la sede del complejo deportivo rojinegro.

“Antes de la pandemia existía ese proyecto, pero se tuvo que aguantar. La idea es retomarlo el próximo año, pero hay que tomar en cuenta que Melgar atraviesa un proceso concursal y hay que analizar bien las inversiones que se realizan porque las decisiones no dependen solo de nosotros”.

En menores Melgar cuenta con la Unidad Técnica de Menores (UTM) que lidera Marco Valencia y que actualmente juega el Torneo Élite en las categorías sub-13, 14, 16 y 18; y además de la Escuela de Fútbol de Menores.

En la práctica – explica – la escuela debe surtir de jugadores a la UTM de Melgar. “La escuela pertenece al club y es monitoreada no constantemente por la unidad de menores. Para el próximo año vamos a modificar algunas cosas para que este proyecto funcione mejor”.

“Melgar no solo quiere formar futbolistas sino buenas personas, porque hay que ser sinceros muy pocos llegarán a ser profesionales, pero pueden optar por otras alternativas ligadas al fútbol como ser entrenadores o gestores deportivos”.

Este 2022 el club dio un paso fundamental para seguir creciendo como institución, apostó por el fútbol femenino. “Es algo que como club siempre quisimos tener por el potencial de jugadoras que se tiene en Arequipa”.

Se ha comenzado de cero – asegura – porque este un proyecto nuevo. “Actualmente jugamos la Copa Perú (Cayma) y el objetivo a mediano plazo es hacerlo en la Liga Femenina, a eso apuntamos”.

Finalmente tocó un tema que se está haciendo constante en los torneos amateur donde participan. Si el equipo profesional congrega el apoyo de toda Arequipa, en menores y femenino es diferente, son víctimas de la animadversión de sus rivales.

“Es algo de lo que me he dado cuenta. No solo es en menores, sino también en el femenino. Eso pasa generalmente porque se enfrentan a un rival que piensan que es mejor. Insultan porque piensan que así pueden ganar. No lo entiendo, los chicos o chicas van a jugar, a divertirse. El gran problema son los padres de familia y está comprobado que sus hijos no llegan lejos en el fútbol. La mejor manera de tener futbolistas de nivel es que tengan en su casa una formación óptima para que se puedan desarrollar adecuadamente”, resaltó.

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