Hay mucho que esclarecer








Cuando Federico Cúneo tuvo en sus manos los documentos que descalificaban a Félix Enciso Rivera como director de la Federación Peruana de Fútbol, todos presintieron la inminente caída del imperio Burga. No fue así. Pasaron los días y, al menos en Arequipa, lejos de comentar y/o opinar la noticia que rebotó de Lima, la atención de un momento a otro pasó a un segundo plano. ¿Porqué?Burga creo su “cortina de humo” en el punto neurálgico de la denuncia. Deslizó por terceros la posibilidad de que Arequipa sea sede de eliminatorias y para hacerlo más creíble envió a Carlos Benavides, encargado de campos deportivos de la federación para que de el “visto bueno” al Monumental Arequipa. No pasó ni 48 horas y todo quedó en nada, pero esa jugada sirvió. El caso Enciso pasó a un segundo plano pero no necesariamente al olvido.



El titular de Total Clean, vivía un vía crucis en Lima y en la Ciudad Blanca. Su advertencia de conferencia de prensa para presentar documentos y la amenaza de denuncias por difamación. Fue la reacción caliente propia de alguien que no sabía adónde se había metido y que argumentaba débilmente su posición.La organización del fútbol peruano, en este tipo de situaciones, es una maquinaria que se maneja como un reloj.



La estrategia de Burga era fácil, había que fundamentar que Enciso estaba libre de culpa, y en eso indirectamente colaboró la denuncia de Cuneo.La declaración jurada firmada por Juan Espinoza Huanta (de quien se dice fue presidente o delegado del club Sport Villa Alianza) que afirmaba que Enciso nunca fue dirigente de ese club remeció a todo mundo pero no a los asesores de Burga.La Federación Departamental de Fútbol de Arequipa no respondió, ni se sintió aludida. Su presidente, Rubén Mesías Torres, sólo atinó a decir: “Este es un tema político”. El foco de atención era la Liga de Sachaca. Desapareció documentación (no hay libro de actas), pero había personas que podían dar alguna versión esclarecedora.



Uno de ellos fue el anterior presidente de la Liga, Jaime Avendaño, y Percy Chino Carrasco al que reconocía como presidente de un club que sólo funcionó dos años.Todos afirmaron que Enciso sí fue directivo y que Espinoza no fue nadie, sólo un advenedizo, ese fue el discurso. Y para corroborarlo presentaron dos documentos. El Oficio Nro. 01-2001-CSVA del 20 de septiembre enviado a la Liga de Sachaca donde el Sport Villa solicitaba permiso para participar en el campeonato de la segunda división y daba a conocer su directiva. Félix Enciso aparece como tesorero. Un mes después, 21 de octubre 2001, la Fedefa emite la resolución 54-2001 donde reconoce la existencia del Sport Villa y también de su directiva.A Enciso sólo se le conoce como directivo deportivo cuando apareció Total Clean, hasta ese momento era un empresario como cualquiera que presentaba su equipo en diferentes campeonatos de fulbito. Es decir, que en un club chico e intrascendente como Sport Villa pasó inadvertido, es más, quizá lo pusieron sólo para rellenar una directiva.






PEQUEÑO DETALLE



El problema en este caso es que no existe documentación extra para cruzar información. Hay una declaración jurada (de la denuncia) y dos resoluciones de la Liga de Sachaca y la Fedefa que validan a Enciso. Nada más. Expedientes más esclarecedores en la Liga no existen.Ha pasado el tiempo, ni Enciso ha dado su conferencia de prensa, ni se ha escuchado el audio que supuestamente saca a la luz actos de corrupción. Burga, por su parte, continúa tranquilo al frente de la FPF, y Cuneo sigue buscando motivos para destronarlo.

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