Un punto de visita siempre es importante para sumar. Pensamiento frío y real. Pero cuánto vale en verdad un punto ante rivales que en los cálculos son ganables tanto de local como de visita. Eso debe estar pensando actualmente el técnico de Melgar, Gustavo Bobadilla. El 0-0 en Huancayo ante el benjamín Minero, aunque meritorio no es el resultado que buscaba la rojinegra.
Con cuatro puntos en 3 fechas, el rendimiento rojinegro está en rojo. Menos del 50% de puntos disputados, aunque habría que tener en cuenta que seis de esos 9 puntos se jugaron de visita, pero sólo 3 ante un rival que en el papel uno acepta "presindir de ellos": Cristal.
Minero sin ser más que la dominó se las ingenió para meter a los rojinegros en su arco y tenerlos bajo los tres palos. Dos tiros al palo del volante Franco Mendoza fueron suficientes para que la dominó respete más de la cuenta a los huancaínos. Nunca se tomó protagonismo, se resignó iniciativa y espacio en el campo de juego.
Salas sólo en el mediocampo es poco lo que puede hacer. El "Pato" necesita un acompañante, alguien que le quite responsabilidad de ser el "hombre de creación" y eso sucedió en Huancayo. Sin fútbol en el mediocampo, es poco lo que se puede esperar de Melgar.
Bobadilla pregona - como lo hacen todos los técnicos - que hay que comenzar a defender desde el área rival, pero poco se les puede pedir a dos delanteros como Ibarra y Mercado, que podrán tener mucha voluntad de aplicar el pressing pero que físicamente no están en condiciones de hacerlo. Eso provocó que Minero con todas las libertades posibles para salir jugando desde su campo de juego sea dueño de un partido y poco a poco se fue agrandando al punto de que su egocentrismo futbolístico opacó a los arequipeños.
Melgar, en resumen del partido, no perdió dos puntos, sino ganó uno. Otra vez la defensa estuvo ahí, bien parada y Rodríguez salvó más de una pelota de gol.
Se viene Cienciano, equipo que no tiene complejos para jugar de local o visitante que es una de las deficiencias que tiene la dominó.
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