Melgar no sólo pelea el descenso o la Sudamericana, también lucha por sobrevivir. Su presidente, Anibal Calle Bezold, litarelmente ha sido tumbado por la presión y un cómplice mal estomacal. La idea es simplemente mantener con vida a una institución que tiende a desaparecer.El directorio se ha sincerado. “Ahora los problemas económicos son terribles”, acepta la fuente.
La plantilla de Melgar es de 68 mil dólares mensuales (se ha incrementado con el fichaje de Jorge Soto). Ese dinero es financiado por los sponsor con 50 mil dólares y los restantes 18 mil se tendrían que conseguir con taquilla. “Ya para pagar agosto hemos tenido problemas”. Un directivo ha tenido que hacerse un préstamo personal al banco para llenar ese forado.Pero el sueldo es quizá el “problema menor” de la maraña de líos que envuelve a la dominó.
El principal acreedor, Sunat, ha dicho que los mil 700 dólares que dan como cuotas mensuales no son suficientes para aliviar una deuda tributaria que se acerca a los 3 millones de soles.Cuando Calle se hizo cargo de la directiva encontró una deuda de 2 millones 500 mil soles, se refinancio pero las “cuotas que se pagan no cubren ni siquiera los intereses es por eso que la deuda ha ido creciendo al punto que es impagable”.Tal es el problema, que Melgar tiene todas sus cuentas y propiedades embargadas. No puede entrar un sol a nombre de Melgar al sistema financiero que de inmediato pasa a manos de la Sunat.
Es por eso que los dirigentes, muchos de ellos benjamines en estas lídes, han tenido que crear cuentas personales para rediccionar los depósitos de los sponsor. “Con los jugadores hemos sido sinceros. La situación del club es mala y deben entender que quizá comencemos a retrasarnos en el pago de sueldos”.La dirigencia vive su propia vía crucis institucional. “La gente no sabe lo que pasamos para mantener con vida a Melgar. Lastimosamente nos dejaron un muerto que tenemos que revivirlo, pero es a veces imposible”.
GRACIAS BOBADILLA
Gustavo Bobadilla tenía la posibilidad de empeorar la crisis de Melgar. Al ser cesado debió cobrar el íntegro de su contrato, pero no lo hizo. “El profe nos hizo un gran favor porque sólo cobró hasta el día que trabajo y su preparador físico (Antonio Gonzales) pidió que le paguemos el mes completo”.
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