Adiós

Poco lo conocí, quizá cinco minutos de conversación y una frase final, que guardo para mí, es el legado que me dejó. Un día antes, horas antes, lo vi como era costumbre pasando por mi costado en su Nissan Gris, tocando el claxon y levantando la mano con una mueca de sonrisa y unos ojos que saludaban sin palabras. No lo conocí bien, lo bien que hubiera querido, pero sí lo suficiente para tenerlo aqui, presente, recordable, memorable.
No sé si ya extraño que me toque el claxon o que me levante la mano, extraño más las conversaciones que no tuvimos o los momentos que desgraciadamente no recordaré.
Creo que es tonto buscar explicaciones para algo que no tendrá solución si como la muerte es un problema que se pueda solucionar. Es algo tan concreto y real que no es retroactivo, ni siquiera permite discusión.
Sólo él y,lógicamente, yo recordaremos lo que conversamos en cinco minutos a solas y de eso un extracto, una promesa.
Ya no sonará su bocina y ya no veré pasar su desteñido auto gris. Tan fría realidad que se hace fácil digerir.
Adiós

Comentarios