La Boca y La Bombonera, una hora llena de historia y fútbol


























La primera sensación que produce el barrio del Boca es intimidación, pero no es de temor por algo nuevo por conocer sino por el significado de estar en un barrio lleno de historia futbolera, triunfador y victorioso por costumbre y que vive una contínua fiesta con sus calles de colores, con el tango por sus esquinas y con Boca Junior como motivo de su orgullo.
Nos sorprende estar ahí porque nuestra realidad, la peruana, no inhibe de sensaciones similares. Es la antitesis de los “logros” efímeros y hasta anecdóticos que pueden representar Alianza, U, Melgar, Cienciano o Cristal. Cuando uno está en el Boca ha llegado a un barrio ganador no de hace 10 o 5 años, sino uno que cada domingo sale a escribir historia, que tiene tantos campeonatos argentinos (24 en la era profesional) que se ha limitado a colocar en su nueva versión de su camiseta sólo 3 estrellas representando los tres títulos Intercontinentales (1977, 2000 y 2003). Dónde podrían colocar más estrellas si tienen 6 títulos de Libertadores, 2 Sudamericanas y 4 Recopas Sudamericanas, y otros títulos más.
El traslado del centro de Buenos Aires (Av. 9 de Julio), la más amplia del mundo – dice el taxista por sus 140 metros de ancho – es corto. Serán unos 10 minutos y habría que pagar unos 15 pesos por el servicio. Apenas uno se baja en el frontis de La “Bombonera” (así se le llama por su forma de caja de bombones) u oficialmente denominado estadio “Alberto J. Armando” (inaugurado el 25 de mayo de 1940) se ve inmerso en un clima futbolero. Los parlantes de las tiendas que están al otro lado de la calle sólo repiten una y otra vez cánticos de “La 12”, la barra de Boca. Comprar souveniers es de orden y los precios son similares. Un llavero va de 5 pesos a 15, una camiseta, ojo que hay desde los años 70 hasta la última versión 2009, van de 150 a 290 pesos, chalinas a 30 pesos, cd, videos, fotos, medias, sandalias, vasos, encendedores, bueno venden de todo.
Bueno, La “Bombonera” en infraestructura se parece al Matute de Alianza Lima. No es un estadio de 5 estrellas pero de cierta forma es una reliquia y un “templo” – como dicen los argentinos – y como tal su valor y significado es inmenso. Dentro del estadio se encuentra el shoping oficial de Boca, los precios son similares a los que uno puede encontrar en las tiendas de alrededores. Sólo que acá uno encuentra cosas nuevas, como vinos que van de 40 a 120 pesos, casacas a 900 pesos, lapiceros a 20 pesos, ropa interior de 40 a 100 pesos, etc.
Pero si uno llega al Boca lo mínimo que tiene que hacer es entrar al estadio. Y eso lo saben bien los argentinos que son unos expertos marketeros. Hay diferentes tipos de tour dentro del estadio que van de 20 pesos a 30 pesos que es que sale cada hora y te permite ingresar a ras del gramado, pero sin tocarlo, además de visitar los camerinos, las cuatro tribunas, etc. Como digo, las instalaciones son similares a cualquier estadio de los 40´, ha sufrido algunas mejoras pero su estructura es similar.
En lo que llamamos oriente, se encuentran las suit una especial para el ídolo máximo, Maradona, que al igual que los demás socios tiene que pagar entre 4 mil a 8 mil pesos anuales por ocupar ese lugar. La Sur, la casa de “La 12”, se llama “Natalio Pescia” que fuera uno de los mejores jugadores argentinos de los 40´-50´ e integrante del Salón de la Fama del Fútbol Argentino, es imponente. Estar ahí hace recordar las transmisiones de la Fox cuando siempre se ve repleta, coreando y cantando en todos los partidos.
Los periodistas tienen su espacio en la intersección de la tribuna Sur con Occidente, ahí habrán unas 60 bancas para los escritos, los radiales tienen su cabina al igual que los televisivos.
Pisar La Bombonera es un sueño para cualquiera y no sólo lo digo por mí. En el grupo del tour habían brasileños que habían llegado a Argentina sólo para conocer La Bombonera, además un paraguayo hincha y socio de Boca que por primera vez llegaba a su estadio, también van los hinchas de River que quedan estupefactos con tanta historia que se respira en las tribunas.
Para bajar al campo se pide dos cosas, primero para el grupo en general que es el de no sacar gramado para llevárselo como recuerdo y el segundo para los hinchas de River para que no miccionen o se arrodillen. Se bajó y estuvimos al ras del campo pero nunca tocamos el pasto. Y es que el sector habilitado para las visitas y el contorno del campo son de material sintético, lo único natural que cuidan como oro es el rectángulo de juego. Es decir, pisar el grass no se pudo, aunque si tocarlo.
Luego pasamos a los vestuarios que a diferencia de los de acá cuentan con una bañera inmensa de hidromasajes. Luego todo es normal, con imágenes de vírgenes en sus paredes, casilleros, etc.
Los que quieren pueden subir a occidente a comer un emparedado de chorizo (6 pesos) o tomarse fotos con las replicas de los trofeos de la Sudamericana o Libertadores (30 pesos).
El final del tour es el Salón de Trofeos. Donde hay paredes con las fotos de todos sus jugadores entre ellos los peruanos Meléndez, Solano y Pereda, además de todas las camisetas a lo largo de su historia, las copas, trofeos, medallas, diplomas, etc. Y también se proyecta un video de los mejores jugadores de Boca donde por unos segundos se menciona el nombre de Julio Meléndez.
Ante tal shock futbolístico nació la idea de quedarse unos días más para espectar el partido de Boca contra Huracán, pero no se dio. Para los partidos de Boca no se venden entradas, todas ya están designadas a los socios. Sólo se pueden conseguir reventa para las populares que para un partido del torneo local pueden llegar a los 100 pesos, ya para Libertadores o Sudamericana hasta se quintuplican.
Ese fue el paseo por La Boca, inolvidable.
*El cambio de la moneda es 0.89 pesos por un sol peruano.

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