Dos ejemplos de sacrificio y éxito








El himno de Arequipa en una de sus estrofas reza: “Tierra hermosa de excelsas virtudes, nunca pierdas tu cálida fe, que por siempre tendrás juventudes que renueven laureles del ayer”. Arequipa y sus juventudes tienen un vínculo que va más allá del simple hecho de sacar cara por su ciudad. Existe una obligación de “ser mejor”. En estas últimas semanas dos deportistas nos han dado esa lección de vida, de lo que se puede hacer cuando uno se propone objetivos, de la forma digna de reaccionar ante la adversidad.
Diana Carolina Gonzáles Delgado (17) y Walid Jesús Arismendi Lazo (22) a sus corta edad han dejado una lección para todos. Los juntamos en la tradicional plaza de Yanahuara. Diana llegó primero, el “Moncho” a hora luego de entrenar en Congata. “Es más alta de lo que parece en televisión”, señala el volante de Melgar. Se saludaron y nació la química propia de la juventud que se selló con una promesa de regalo. “Le voy a regalar la camiseta de Melgar”, promete Jesús y la “matadorcita” sonríe. Antes y después fotos a las que acceden sin problemas.

SIEMPRE UNA SONRISA
Lo único que no ha hecho Diana desde que llegó a Arequipa es descansar. Va de aquí para allá. Invitaciones, la familia, entrevistas, en fin, es requerida y ella acepta sin problemas. “Es también una forma en la que la gente demuestra cariño hacia mi persona. Yo les estoy muy agradecida por eso”.
A los 15 años dejó Arequipa. Se fue a Lima para entrenar con la selección nacional de vóley de menores. “El principal sacrificio que hice fue alejarme de mi familia. Sentir su ausencia fue lo que más sufrí en todo el tiempo que estuve en Lima. El vóley me hado mucho, me ha dado la posibilidad de jugar en la selección, de hacer giras, pero también he perdido tiempo con mi familia. Es un sacrificio que debía tomar”.
Cuándo las fuerzas se le iban, cuándo la nostalgia por sus seres queridos la dominaba, sólo reflexionaba. “Yo dije, a Arequipa no voy a volver fracasada. Yo voy a volver después del Mundial y lo he cumplido. En esto es tiempo me ha dado mucha fuerza Dios, nunca lo dejé de lado. Siempre fui a misa para sentirme a su lado”.
Arequipa es una etiqueta de orgullo pero fuera de nuestras fronteras un motivo para que nos vean diferentes. “Si me molestaban por ser arequipeña, pero sólo bromas, nada más”.
Flashes, entrevistas, la fama llegó pero ella, asegura, es la misma que jugaba por su colegio Mercedario. “No me mareo. Sé como es esto. Desde el momento que me fui a vivir a Lima maduré mucho por el mismo hecho de estar alejada de mi familia. Sé valorar más las cosas. No he cambiado en nada, tengo los mismos valores, sigo siendo la misma, sigo siendo Diana Gonzáles”.
El futuro la liga a la net pero también al estudio. Excelencia de su promoción iniciará en los próximos meses clases en Negocios Internacionales en la San Martín de Porras. “mi gran objetivo es estudiar medicina, pero ahora que estoy jugando no tengo mucho tiempo para hacerlo. Es una carrera muy sacrificada. Pronto lo haré, además en un mundo tan competitivo como el de ahora hay que estudiar dos carreras”.
Dentro de tres meses debe comenzar a entrenar con la selección juvenil y espera que sea con el mismo grupo que llegó al Mundial. “Esa es la idea”, asegura.
Escucha al colombiano Fonseca, le gusta el tenis y también practicó natación. “Podamos mucho más alegrías al Perú. Sólo hay que trabajar más para mejorar, en eso creo que estamos comprometidas todas las que estamos en la selección. Yo quiero a mi tierra, siempre voy a sacar cara por Arequipa”.

SALIÓ ADELANTE
Confiesa que nunca pasó por su cabeza la idea de dejar el fútbol. “No nunca pensé eso”, aclara. La vida de Jesús Arismendi dio un vuelco terrible una mañana de junio, hace casi un mes. Perdió a sus padres. “Mi vida ha cambiado en todo sentido”, ratifica. A sus 22 años, con 5 en el Melgar profesional, el “Moncho” busca algo más que consagrarse en el fútbol profesional. “Tengo que salir adelante, por mí, por mi hermana a la que tengo que cuidar. Yo voy a seguir jugando por respeto a la memoria de mis padres”.
Es junto a otros arequipeños de Melgar, uno de los referentes del equipo. Su forma de ser, simple y humilde, lo han llevado a ser uno de los jugadores más queridos por la afición. “Me queda sólo agradecer a todos mis compañeros, a los dirigentes de Melgar, al periodismo por el respeto que tuvieron con mi familia. En verdad a todos los que me apoyaron y me apoyan, les doy las gracias”.
Al igual que Diana el futuro va más allá de estar ligado a una pelota. “Uno de mis objetivos es terminar mi carrera profesional (Derecho, U. Alas Peruanas) que dejé porque no tenía tiempo para estudiar por esto de los entrenamientos, ahora lo voy hacer”.
Por ahora su vida transcurre entre las prácticas y las visitas a los abogados. “No sabes cómo es esto”, comenta. “Mi vida ha cambiado, mi forma de pensar también. Soy más responsable, mi vida gira alrededor de mi hermana para darle apoyo”.
Luego de la tragedia que enlutó su vida, a los dos días jugó ante Alianza Lima. Fue una cachetada al sufrimiento, una muestra de valor. El luto se lleva con dignidad. “Tengo un compromiso conmigo mismo, con mis padres. Yo no me puedo derrumbar, aunque a veces se siente la ausencia de mis padres sé que tengo que seguir. Mi hermana me hace fuerte. Además quiero darle a Arequipa una alegría grande como ir a un torneo internacional”.
Así es “Moncho”, simple y humilde, como el fútbol que práctica. Una muestra de entereza. Regala una sonrisa como Diana con la que hicieron buenas migas. “La ví en el Mundial. Como persona y jugadora es increíble”. Antes de terminar aclara: “La camiseta a Diana se la voy a regalar”.
ALGO MAS
Diana Gonzales: Nació el 12 de enero 1992
Jugó por Fundación J&J de Arequipa, colegio Mercedario en los Juegos Escolares, Alianza Lima en Lima y Cristal en Lima.
Puesto: Armadora, aunque se inició como atacante.

Jesús Arismendi: Nació el 25 de marzo (día del aniversario de Melgar) de 1987.
Jugó en Fogatas (coincidió con Joel Sánchez que es dos categorías menor), Melgar de Yanahuara y Melgar FBC.
Puesto: Volante, aunque ha jugado también de delantero.

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