Burga dio la cara en Arequipa

Calle, Burga y Silvestri.
Llegó de madrugada para evitar a la prensa, aceptó tomarse unas fotos ya en su hotel (Casa Andina) pero sin declarar, almorzó con los seleccionados Sub-20 y sólo saludo a las cámaras con un gesto; respondió la llamada de una emisora local (Radio Victoria) pero sin preguntas impropias y dirigió una conferencia de prensa, donde presentó un plan de trabajo que se prolonga hasta el 2020, sin inmutarse cuando intentaron agredirlo con preguntas. No hay duda que Manuel Burga en todos los años que está al frente de la Federación Peruana de Fútbol ha ganado experiencia reflejada en una conchudez insual que hasta puede convencer si se le da posibilidad de llegada a su verbo.

Burga llegó a Arequipa y mostró que es rencoroso, aunque trate de vender otra imagen. Para muestra un botón. No invitó a ninguna actividad protocolar o extraprotocolar o simplemente amical a su ex amigo, Rubén Mesías Torres, presidente de la Liga Departamental de Fútbol de Arequipa. Lo ignoró pese a que llegó a su casa. Le tiró la puerta en la cara porque luego de que recibió su apoyo para sus dos primeras elecciones, en la tercera el mistiano decidió quitarle su voto porque consideró que Burga va de fracaso en fracaso en una gestión empañada por malas gestiones administrativas y económicas. A "Rubén", como lo llamaba años atrás, simplemente lo dejó fuera de su círculo y se abrazó de su nuevo aliado y dicho sea de paso, vicepresidente de la FPF, Anibal Calle Bezold, ex presidente de Melgar. "Divide y reinarás", pensó y lo aplicó.
"Sólo un par de fotos", dijo a los pocos periodistas que asistimos a Casa Andina Collection en busca de una entrevista. Tomó el periódico tirado en la mesa de hall, lo vio, sonrió, amagó leer y "ya muchachos servidos". Como toda una figura mediática se paró y se metió a su oficina para seguir reuniéndose con las comisiones de trabajo del Sudamericano.

Luego fue al hotel El Lago para ver a la Sub-20. Era lógico que la prensa de Lima, la más obsecionada en conseguir sus palabras, lo esperaba. Salió del auto, sonrió y saludó a las cámaras, masticando su bronca porque quería absoluta discreción. "Por la noche hablaré", dijo.
Es un espejo
Burga respondió a cada pregunta, malintencionada o no, con suma sapiencia. En el fútbol se diría que logró que el rival juegue a su ritmo, a su conveniencia. Todas las preguntas las respondió con una sonrisa resguardado por Calle y Carlos Silvestri, presidente del Comité Organizador Central del Sudamericano. "Calma, yo no voy a correr, me voy a quedar acá hasta la última pregunta", dijo.
Hizo una presentación audivisual sobre su plan de trabajo y habló de un proyecto (Gestión el Desarrollo del Fútbol Peruano) programado hasta el 2020. Contó de sus CAR (Centro de Alto Rendimiento) que ya funcionan en algunos departamentos, dijo que su gran sueño es que los clubes de primera y segunda división y las ligas departamentales  cuenten con infraestructura deportiva propia.
Como siempre trajó un "regalo" para Arequipa. "Estamos pidiendo la sede del Mundial Sub-20 del 2015 donde Arequipa será una de las sedes", señaló. "Sino logramos que la FIFA nos de la sede, entonces postularemos para la próxima edición".
Toco la Copa Perú y su intención de que sea un semillero del fútbol nacional, es por eso que hasta la etapa Departamental de la Copa Perú se pedirá que jueguen dos juveniles Sub-18 en los equipos.
A los ataques los respondió con cinismo. "Las bases me eligieron", "Las elecciones se realizaron con transparencia", "Es momento de unirnos", "No guardo rencores", etc., etc.
Luego como buen político posó para la foto, sonrió, habló, intentó bailar, todo un personaje este Burga.

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