La suerte parece estar hechada para
Cobresol. Y es que ayer se supo que la carta de renuncia a la presidencia que
presentó Edmundo Coayla no tiene valor oficial porque no fue notarialmente
legalizada.
Es más se informó que el ex alcalde moqueguano “no renunció” sino que
pidió “licencia” hasta que supere un mal de salud que, señala, lo aqueja desde
hace meses.
Ante esta situación el vicepresidente, Luis
Murillo, ha quedado con las manos cruzadas porque no puede asumir la
presidencia ni , como es lógico, tomar decisiones como renovar contrato con el
técnico Teddy Cardama o fichar nuevos jugadores.
En estos días la situación del equipo minero debe
esclarecerse porque por el camino que van lo más seguro es que el club vaya
directamente al descenso y culpables habrán muchos.
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