Requena: "A Cristal le pudimos meter ocho o nueve, y no pasaba nada"

Mediodía del 18 de octubre, así casi 21 años – recuerda Pedro Requena Secada. Un 6-0 que doblegó al poderoso Cristal está esculpido en la memoria del hincha rojinegro.

Fue el “Perico” el que de un frentazo tras córner de “Puchito” Flores, abrió el marcador. “No salimos a la cancha pensando en que íbamos a golear. Es más el partido era equilibrado hasta ese gol que fue algo extraño porque pocas veces yo iba a cabecear al primer palo. Salté y puse el primero. Luego vino la expulsión de Arteaga y Cristal se quedó con un hombre menos”.
Fue en recién en el segundo tiempo donde se produjo la catarata de goles. “En el entretiempo Freddy (Bustamante, entrenador) nos dijo lo de siempre, que había que seguir insistiendo y es que la mentalidad pasaba en que en Arequipa no se podía perder puntos”.
Es más – cuenta – en aquellos años, la dirigencia no daba premios por empatar en casa. “Esa mentalidad nacía del propios dirigente y nosotros, los jugadores, la acogíamos como nuestra. En Arequipa no se podía ni empatar”.
El baile a ese Cristal que venía con Oblitas como técnico y en sus filas tenía al actual comando técnico rojinegro, Leo Rojas (capitán) y Franco Navarro goleador, fue memorable.
“Lo que pasa es que Cristal se cayó feo, si hubiéramos querido les metíamos ocho o nueve y nada pasaba, hubiera sido más histórico”.
En la previa la tarde no pintaba bien porque ese domingo el sol no estaba tan calcinante. “Hablé con Freddy y Emilio (Campana) y les comenté la preocupación del plantel que era que no había mucho calor, estaba algo nublado. Al final los goleamos no por el sol sino porque fuimos mucho mejores”.
El estadio en sus cuatro tribunas después del cuarto tanto comenzó a entonar el himno de Arequipa, de pie comenzó a cantar y en butaca un incómodo Popovic (técnico de ese entonces de la selección) miraba como el equipo donde tenía a la mayoría de sus seleccionados era humillado.
Cuando el “Chuki” Torrealba metió el sexto, arrodillado de cabecita, fue la locura total. “Jesús, ya en vestuario, nos dijo que se dejó llevar por la gente, el ambiente y que nunca quiso humillar a nadie. Y era verdad, ese día el estadio fue espectacular”.
Cosas de fútbol, rememora. Ese año Melgar cambió dos entrenadores (Di Plácido y Cubilla), luego vino Bustamante, campeón de 1981, y fue el que dijo que todos los partidos se tenían que jugar al mediodía.
“El año lo comenzamos mal, es más antes del partido con Cristal empatamos de local con Alianza y nos tuvieron que sacar en patrullero porque la hinchada estaba muy molesta”.

Luego de ese incidente, el romance con la tribuna fue creciendo. “Yo, lo digo porque lo he experimentado, cuando la gente de Arequipa ve que te entregas, que das todo por el equipo, siempre te va a reconocer. Es más, recuerdo, que luego de que dejé Melgar al año siguiente vine con Boys y pensé que la barra me iba a insultar, pero no fue así. Corearon mi nombre y me aplaudieron, por eso digo que esta gente es muy agradecida y yo les estoy muy agradecido”.

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