Melgar acabó en el suelo

Melgar volvió a desmoronarse en su cancha. No pudo, como ha sido una constante en este 2016, hacer prevalecer su condición de local ni el título de campeón peruano. Otra derrota con rebote internacional. Esta vez sucumbió ante el poderío de Colo Colo que necesitó solo  cuatro minutos para dar vuelta a un marcador que los dejaba con un pie fuera de octavos de final de la Libertadores.
La Copa le quedó grande a Melgar desde que arrancó. Incapaz de ser protagonista, el equipo de Juan Reynoso ha tenido una penosa participación, mucho peor a la de la Libertadores de 1984 cuando solo sumò 2 puntos (2-0 Cristal en Arequipa). Al menos ese año sumó un triunfo, ahora lleva cinco derrotas consecutivas con números para el espanto: 2 goles a favor y 8 en contra en 450 minutos de juego. Para el olvido.
El DT dominó pecó de soberbio cuando prometió que por lo menos llegaban a octavos de final. No midió sus palabras ni mucho menos el efecto que causó en la hinchada y en el grupo que rearmó para afrontar este 2016.
La figura de Reynoso se ha despintado. Así es el fútbol, cíclico y su ciclo, por desgaste, ya terminó. Al menos, así lo sienten la mayoría de hinchas rojinegros que de la algarabía del 2015 han pasado a la frustración total en menos de cuatro meses.
La cabeza anda mal. Se ha perdido confianza y jerarquía. El equipo se desmorona cuando apenas lo pellizcan y así pensar en que se va a recuperar, al menos en el torneo local, suena a imposible.
El gol de Bernardo Cuesta a los 3`del complemento ilusionó, y los dos tantos de Esteban Paredes (68`y 71`) volvió a la realidad a los rojinegros como uno de los peores equipos de la fase de grupos.
La involución ha sido constante. De la buena imagen que dejó en el debut ante Mineiro, pese a la derrota (1-2), se ha pasado a la derrota sin justificación porque no hay de dónde agarrarse para justificar este desastre copero.
Culpables todos. No hay porqué apuntar a una sola víctima, aunque el dedo acusador apunte a la cabeza, Reynoso. Ni los jugadores ni el comando técnico ni en club estuvo preparado para afrontar la Copa.
Reynoso murió en su política de terquedad y necedad por no reconocer sus errores. No tuvo un plan "B" para afrontar no solo la Copa sino el torneo local donde las cosas van peor, el equipo no gana desde el 13 de febrero y está metido en zona de descenso. 
Nadie pensaba en este papelón, porque es un papelón el que se está cumpliendo. Por ahí dirán que es normal que luego de llegar a la meseta se experimente un bajón, pero no tan dramático. Parece que el hueco donde ha caído Melgar no tiene fondo, cuando parece que no puede caer más, lo hace.
Solo queda hacer un corte drástico, poner un "estate quieto" a esta situación porque aún queda luchar por salir de zona de descenso.
Internamente hay mucho que trabajar. El equipo está quebrado, la relación Reynoso - plantel se rompió desde que el técnico pensó que seguir trabajando de la misma forma le daría resultados. Hasta sus jugadores se dan cuenta que el libreto es el mismo, que lo repetitivo cansa y que "automatizar movimientos" no significa permanecer en la rutina y en en el mismo discurso.

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